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La carta final

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Helene Hanff, una escritora que sobrevive en un apartamento de Nueva York confeccionando guiones para la televisión, decide un buen día pedir varios clásicos de la literatura inglesa a Marks & Co., una pequeña librería londinense situada en el número 84 de Charing Cross Road. Su carta es contestada por Frank Doel, empleado de la librería, iniciándose entre ellos una cada vez más entrañable correspondencia que se verá prolongada a lo largo de dos décadas…


En 1969, la escritora estadounidense Helene Hanff publicaba “84, Charing Cross Road”, un maravilloso libro en el que la autora recogía una selección de la correspondencia que, desde 1949 a 1968, mantuvo con el librero Frank Doel.

La enorme acogida de este libro llevó en 1975 a la BBC a adaptarla en forma de episodio de una serie televisiva. Más adelante, en 1981, James Roose-Evans la trasladaba a los escenarios, consiguiendo la obra un gran éxito en el West End de Londres y en el off-Broadway de Nueva York.


Y en la segunda mitad de la década de los 80, el cineasta estadounidense Mel Brooks adquiría los derechos del libro para su adaptación cinematográfica y se lo ofrecía a su mujer, Anne Bancroft, como regalo de aniversario.

David Hugh Jones y Hugh Whitemore eran elegidos por Brooks como director y guionista, respectivamente, del proyecto, recalcándoles a ambos que respetaran al máximo el texto original del libro.


El director británico David Hugh Jones se había movido hasta entonces mucho más por la pequeña pantalla a través de diversas series y telefilmes. La magistral dirección de “La carta final” suponía tan sólo su segundo trabajo cinematográfico, al que siguieron después otros como “Jacknife”, “El proceso de Kafka” (también con Hopkins en el reparto) o “Visto para sentencia”.


El dramaturgo y guionista Hugh Whitemore llevaba ya, por el contrario, infinidad de trabajos tanto para el cine como para la televisión. En “La carta final” nos regalaba una exquisita adaptación del libro de Helene Hanff.


El también británico Brian West nos brindaba una precisa y adecuada fotografía. En el cine desde 1970 con títulos como “Billy, dos sombreros”, “Tres forajidos y un pistolero” o “La ruleta rusa”, West había dejado también ya su huella en la serie televisiva “Holocausto”.


Y la banda sonora nos era ofrecida por George Fenton, compositor británico del que ya conocíamos títulos cinematográficos como “En compañía de lobos” o “Pasiones en Kenia” y series televisivas como “La joya de la corona”. Tras “La carta final”, Fenton nos brindaría también su música en “Las amistades peligrosas”, “El rey pescador”, “Atrapado en el tiempo”, “Tierras de penumbra”, “Mary Reilly”, “Tienes un e-mail”, "Búho Gris” o “Ana y el rey”.

“Nunca imaginé que un libro pudiera proporcionar tanto placer al tocarlo…”


Anne Bancroft nos maravillaba a través de Helene Hanff, su personaje en esta historia. Neoyorkina de nacimiento, y tras aparecer en diversas series de la pequeña pantalla, Anne debutaba en el cine en 1952 con “Niebla en el alma”, título al que siguieron otros como “Demetrius y los gladiadores”, “El milagro de Ana Sullivan” (memorable interpretación), “Siete mujeres”…


… “El graduado” (inolvidable personaje), “Paso decisivo”, “El hombre elefante” o “Agnes de Dios” antes de su maravillosa Helene de “La carta final”.

“No me preguntes cómo lo logramos, eso forma parte del buen servicio de Marks…”


Anthony Hopkins era para nosotros un exquisito Frank Doel. Anthony había debutado como actor televisivo en 1965 y en el cine dos años después con “The white bus”. En 1968 le llegaba su primer papel cinematográfico relevante en “El león en invierno”,  título al que siguieron otros como “El joven Winston”, “Casa de muñecas”, “Las dos vidas de Audrey Rose”, “Un puente lejano”…


… “Magic”, “El hombre elefante” o “Motín a bordo” antes de regalarnos a su encantador personaje de “La carta final”, cuyo rodaje alternó el actor con la representación de la obra teatral “Pravda”.


También debutante televisiva, Judi Dench había sido ya vista además en títulos cinematográficos como “Un pasado en sombras” o “Una habitación con vistas”. En “La carta final”, Judi daba vida a Nora, la esposa de Frank.

“Yo me sentí un poco intimidada. Había visto su actuación en ‘Pravda’ y pensé: ‘Dios mío, es un genio’. Pero rodar con él fue un verdadero placer. El humor era su rasgo más notable – un humor maravilloso e ingenioso – y era evidente que se sentía muy cómodo en el cine, cosa que a mí no me ocurría. Si se esforzó más de lo normal, no lo noté. Parecía frío, correcto, lo dominaba todo”


El personaje de Nora no aparecía en la adaptación teatral del libro y, curiosamente, Dench y su esposo, el actor Michael Williams, habían rechazado anteriormente la oferta de interpretar a Hanff y a Doel en la citada versión teatral.


La también neoyorkina Mercedes Ruehl interpretaba en esta historia a Kay, una de las amigas de Helene. En el cine desde 1976, Ruehl llevaba ya títulos como “Georgia”, “Se acabó el pastel” o “Días de radio”.


Y completaban el excepcional reparto de “La carta final” nombres como Jean De Baer (Maxine Stuart), Maurice Denham (George Martin), Eleanor David (Cecily Farr), Daniel Gerroll (Brian), Wendy Morgan (Megan Wells) o Ian NcNeice (Bill Humphries).


El 13 de febrero de 1987 se estrenaba en Estados Unidos “La carta final” (84, Charing Cross Road), una maravillosa producción de Geoffrey Helman y Mel Brooks para la Columbia Pictures.


Por su excelente trabajo en la película, Anne Bancroft obtuvo el británico Premio Bafta como mejor actriz. En estos galardones también fueron nominados el guión y Judi Dench como actriz secundaria.


Anthony Hopkins, también extraordinario en su personaje, ganó el premio al mejor actor en el Festival de Cine de Moscú, siendo aquí también nominado como director David Hugh Jones.

Y en 1989, Helene Hanff (como autora) y Hugh Whitemore (como guionista) fueron galardonados en los USC Scripter Award, premios anuales que otorga desde 1987 la Universidad del Sur de California a los mejores guiones adaptados del año así como a los autores de las novelas.


Los escasos exteriores de “La carta final” fueron rodados en Londres y Nueva York. Los interiores en los Shepperton Studios, ubicados en Surrey (Inglaterra), llevándose los decorados gran parte del presupuesto de la película.

Y es que, cuando se rodó “La carta final”, la librería Marks & Co. ya no existía como tal. Para entonces era una tienda de discos y en 2003 pasaba a ser un bar de vinos.


Aunque para los que hemos sido ya hipnotizados por la película, y por el libro, esta preciosa librería seguirá siempre ahí, en el 84 de Charing Cross Road.

Si por casualidad pasáis por el 84 de Charing Cross Road,
depositad un beso de mi parte. Le debo tanto…
(Helene Hanff en “La carta final”)

Un actor italiano, un pueblo, una receta... y Borgo

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El 29 de noviembre del ya pasado 2012 tuve el placer de descubrir en el blog de Miquel Zueras, nuestro genuino y queridísimo Borgo, una preciosa y emotiva historia protagonizada por el inolvidable actor italiano Vincent Schiavelli.

Hoy, sin más, os la presento aquí, en esta gran pantalla. Eso sí, contada tal y como yo la descubrí. Borgo, cinco y acción…

LA ÚLTIMA VOLUNTAD DE SCHIAVELLI (CON RECETA)

¿Vincent Schiavelli? Posiblemente a muchos no les suene este nombre pero al ver esta foto sabrán de quién se trata:


Schiavelli (1948-2005) apodado El actor de los ojos tristes no podía pasar desapercibido con ese físico si además añadimos sus dos metros de altura.


Este polifacético actor (fue autor de varios libros sobre cocina siciliana) debutó con la primera película americana del director checo Milos Forman: Juventud sin esperanza (1971). Forman lo adoptó como su actor fetiche apareciendo en papeles secundarios en todas sus películas: Alguien voló sobre el nido del cuco, Amadeus, El escándalo de Larry Flint… aunque posiblemente sea más recordado por su papel de fantasma metropolitano en Ghost (1991).

En el año 2005 Schiavelli decidió instalarse en el pueblo de sus abuelos: Polizzi Generosa (Sicilia) de unos cinco mil habitantes. Las cosas le iban bien a Schiavelli pues además de sus trabajos en cine y televisión sus libros de cocina se vendían estupendamente. Decidió entonces satisfacer un curioso capricho: pagó de su bolsillo a un centenar de habitantes de Polizzi para que durante todo el mes de diciembre interpretaran diversos papeles de El Quijote vestidos a modo de la época. Las calles del pueblo se llenaron de paisanos con sombreros de plumas, leotardos y jubones. Schiavelli se reservó el papel protagonista y se paseaba ufano con sombrero de latón y una coraza exclamando: “¡Non fuyades gigantes, viles criaturas!”. Decoró una taberna como una posada castellana del siglo XVI con sus toneles y bancos de madera donde no era raro ver a Schiavelli en los fogones preparando el plato preferido del famoso hidalgo: duelos y quebrantos. Un revuelto de huevos, jamón y sesos de cordero. En el pueblo del actor era ya muy querido por su carácter alegre y jovial.


Los hosteleros de Polizzi se las prometían muy felices para las próximas Fiestas pues la idea de Schiavelli atraía a numerosos turistas pero pocos días antes de Navidad dejaron de ver al actor por sus calles. Schiavelli tenía cáncer de pulmón – sólo lo sabía muy poca gente aparte de su mujer e hijos – había venido al pueblo de su familia para pasar sus últimos días y hacer realidad su quijotesca fantasía. Falleció el 26 de diciembre.

Al funeral de Schiavelli en Polizzi Generosa se trasladaron sus amigos Danny DeVito y Milos Forman. Quedaron impresionados al ver en el entierro a toda aquella multitud, muchos vestían de época.


En Londres adquirí un ejemplar de Bruculinu, America, su libro de recetas más conocido. Éste es uno de sus platos más sencillos y sabrosos:

SPAGUETTIS A LA SIRACUSA CON MEJILLONES
Poner en una cazuela a fuego vivo 1 kilo de mejillones con un vaso de vino blanco, medio limón, sal y pimienta. Tapar y dejar que el vapor abra los mejillones. Colar y reservar un poco del jugo que han soltado.
Descartar los mejillones que no se hayan abierto y sacar los moluscos de sus conchas. Mientras hierve la pasta sofreír en una sartén con aceite ajo y perejil bien picados, añadir los mejillones con un poco de su jugo y dejar reducir. Escurrir los spaguetti y mezclarlos con los mejillones. Antes de servir apagar el fuego y tapar la sartén durante un minuto para que la pasta se impregne bien de su sabor.

Gracias, Schiavelli. Y mil gracias, Borgo.

El fabuloso Danny Kaye

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“No nací tonto, me tomo el trabajo de parecerlo”


Hoy, Danny Kaye, celebramos en esta gran pantalla el centenario de tu feliz llegada a este mundo. Y es que, como David Daniel Kaminsky, nacías en Brooklyn (Nueva York) el 18 de enero de 1913.

Perteneciente a una familia de inmigrantes ucranianos, dejabas el colegio a tus trece años de edad para iniciar una carrera como showman en un circuito de hoteles de vacaciones y campings ubicado en las neoyorkinas Catskill Mountains.


Y en 1939, tras desempeñar diversos trabajos, hacías tu debut como actor teatral en Broadway con la obra “Straw hat revue”. Aunque fue al año siguiente, en la posterior producción teatral del musical “Lady in the dark”, cuando comenzaste a ser ya aclamado por crítica y público.

“Dibuja un círculo, y no un corazón, alrededor del nombre de la que amas porque un corazón se puede romper pero un círculo permanece para siempre”


En ese mismo año de 1940 contrajiste matrimonio con Sylvia Fine, importantísima figura no sólo en tu vida sino también en tu carrera profesional pues no sólo colaboró contigo en la elaboración de tus múltiples gags sino que, además, compuso muchos de los temas musicales que interpretaste a lo largo de tu carrera.

Aunque tu especialidad fueron los tongue-twisters, tus famosos y logrados trabalenguas en canciones y monólogos…

“Un especialista es una persona que cada vez sabe más sobre menos, hasta que termina sabiéndolo todo sobre nada… y nada sobre todo”


De la mano de Samuel Goldwyn, y compartiendo cartel con Dinah Shore, Dana Andrews, Louis Calhern y Margaret Dumont, debutabas en el cine en 1944 a través de “Rumbo a Oriente”, éxitoso comienzo cinematográfico al que siguieron otros títulos como “Un hombre fenómeno”, “El asombro de Brooklyn” o “La vida secreta de Walter Mity”.

En 1948, dirigido por Howard Hawks, protagonizabas “Nace una canción” y, a través de tu profesor Hobart Frisbee, te codeabas con figuras musicales de la talla de Benny Goodman, Tommy Dorsey, Louis Armstrong, Lionel Hampton, The Golden Gate Quartet… Menudo nivel.

“El inspector general”, “En la costa azul”…


Y en 1952, “El fabuloso Andersen” donde, dirigido por Charles Vidor y con una maravillosa banda sonora de Walter Scharf, nos regalabas una entrañable y mágica composición de Hans Christian Andersen, tu fabuloso personaje en esta historia.

Tras “Un gramo de locura” (¿sólo un gramo?) participaste en otro gran título de la historia del cine, “Navidades blancas” (1954), donde fuiste dirigido por Michael Curtiz…


… y compartiste cartel con Bing Crosby, Rosemary Clooney y Vera Ellen, otras tres buenas piezas musicales. Otra maravillosa película en la que, curiosamente, figuraba Bob Fosse como coreógrafo.

Después llegarían “El bufón de la corte”, “Loco por el circo”, “Yo y el coronel”…

Y el 10 de marzo de 1958 dirigías nada menos que a la Philarmonic Orchestra de Nueva York en un inolvidable concierto benéfico celebrado en el Carnegie Hall, ilustre sala de conciertos ubicada en Manhattan.


En 1959 nos presentabas a toda pantalla “The five pennies” (Tu mano en la mía) (1959), otra preciosa historia en la que maravillosamente dabas vida al genial cornetista y compositor norteamericano Red Nicholsy compartías protagonismo y canciones con Louis Armstrong, Barbara Bel Geddes y la mágica Susan Gordon.

Un año después comenzabas a aparecer en la pequeña pantalla en diversos espacios televisivos…


… haciéndote finalmente con el tuyo propio, “The Danny Kaye Show”. Show que se mantuvo de 1964 a 1967 y en el que aparecieron nombres tan ilustres como Gwen Verdon, Art Cartney, Vincent Price, Buddy Ebsen, Louis Armstrong…


Y Harry Belafonte, con el que nos brindabas una versión muy especial del tema “Mama look a boo boo”.


Y en 1969 intervenías en “La loca de Chaillot”, precioso título dirigido por Bryan Forbes y John Huston en el que compartías cartel con Katharine Hepburn, Paul Henreid, Yul Brynner, Donald Pleasence, John Gavin y Richard Chamberlain.

Después, una serie de películas para la televisión. “Peter Pan” (1976), donde dabas vida al Capitán Hook, “Pinocho” (1976), donde interpretabas a Gepetto…


Y “Skokie” (1981), telefilm dirigido por Herbert Wise en el que trabajaste junto a Eli Wallach, Kim Hunter, Brian Dennehy y John Rubinstein.

También en la pequeña pantalla, apareciste en un episodio de la serie “Más allá de los límites de la realidad”…


…antes de tu última interpretación como actor en “La hora de Bill Cosby” (1986) donde en el episodio “The dentist” diste vida al divertido Dr. Burns.

“Si no cocinas con alegría, felicidad y amor, no cocinas bien”

Cierto, fuiste también un destacado cocinero (especialista en comida china), y dieron buena cuenta de tus habilidades culinarias invitados tuyos como Shirley McLaine, Michael Caine, Cary Grant, John Denver…


También fuiste un excelente piloto de aviación...

“La vida es un gran lienzo sobre el que hay que arrojar toda la pintura que se pueda”

Y el comediante favorito de Humphrey Bogart y Bob Hope…

“Me convertí en un artista no porque quisiera sino porque estaba destinado a ello”

De 1954 a 1987 representaste a UNICEF como Embajador de Buena Voluntad, siendo elegido en 1965 para aceptar en su nombre el Premio Nobel de la Paz.




“Nadie puede experimentar una emoción más grande que ésta... Raza, color, credo, orígenes, política, olvídenlos. Un niño desamparado nada sabe de todo eso. Un niño desamparado sólo conoce el sufrimiento y el socorro…

Estoy plenamente convencido de que los niños son más poderosos que el petróleo, más hermosos que los ríos, más preciosos que cualquier otro recurso que pueda tener un país… Siento que la actividad más gratificante de mi vida ha sido mi asociación con el UNICEF”


Y eras un extraordinario cuentacuentos. No es casualidad que mi película tuya favorita sea “El fabuloso Andersen”, podías haber sido él…


Recibiste en 1955 un merecidísimo Oscar Honorifico por tu talento único, tu servicio a la Academia, a la industria del cine y al público americano.


Y en 1982 un no menos apropiado Premio Humanitario Jean Hersholt.

Los Globos de Oro te galardonaban como mejor actor por “En la costa azul” (1951) y “Yo y el coronel” (1958). Y te nominaban además por tus interpretaciones en “El fabuloso Andersen” (1952), “El bufón de la corte” (1955) y el telefilme “Skokie” (1981).


Y te era otorgado un Premio Emmy por tu “The Danny Kaye Show”  de 1963, nominándote también por “The Danny Kaye Show with Lucille Ball” (1962), por “Live from Lincoln Center” (An evenig with Danny Kaye and the New York Philarmonic) (1976) y por tu divertido papel del Dr. Burns en el episodio “The dentist” de “La hora de Bill Cosby” (1984).

Muy, muy tristemente te nos ibas, a los 74 años de edad, el 3 de marzo de 1987...




Pero nos dejabas aquí tu maravillosa sonrisa y tu completísimo legado como artista. Y una enorme multitud de preciosos temas musicales: “Otchi Tchorniya Number”, “Everything is tickety-boo” “Ballin’ the Jack “The best things happen while you’re dancing”, “Snow”, “White Christmas”, “The ugly duckling”, “Thumbelina”…


También nos dejabas, como artista invitado de lujo en el “Muppet Show” de 1978, tu genuino “Cheek to cheek”…


…y tu maravilloso “Inchworm”. Mágico, mágico Danny Kaye.


Gracias de todo corazón, Danny, por tu inigualable sentido del humor, por tu grandeza, por tu magia, por tu ingenio, por tu sabiduría, por tu arte, por tu creatividad, por tu ilimitada humanidad…

Y por ser, sencillamente, fabuloso.

También el tonto tiene a veces inteligentes pensamientos,
solo que no se entera
(DANNY KAYE)

El fabuloso Andersen

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Érase una vez... En Dinamarca vivía un gran escritor de cuentos llamado Hans Christian Andersen. Ésta no es la historia de su vida, sino un cuento de hadas sobre este gran narrador de cuentos de hadas”


El 25 de noviembre de 1952 se estrenaba en Nueva York “El fabuloso Andersen” (Hans Christian Andersen), una preciosa y mágica producción de la Samuel Goldwyn para la Metro Goldwyn Mayer.


Fabulosamente dirigida por Charles Vidor, cineasta húngaro que había debutado tras las cámaras en 1933 y ya nos había dejado títulos como “Las modelos”, “Canción inolvidable”, “Gilda” o “Los amores de Carmen”, “El fabuloso Andersen” basaba su mágico argumento en una preciosa historia del escritor norteamericano Myles Connolly. Historia que el dramaturgo neoyorkino Moss Hart convertía más adelante en un maravilloso guión cinematográfico.

MAESTRO: “La historia de Dinamarca empleada para atar la cuerda de una cometa…”
HANS: “A la historia de cualquier país no le viene mal un poco de aire fresco, maestro. ¿No ha oído usted el cuento de aquel libro de historia que se tomó unas vacaciones y volvió con una historia mucho mejor?”


La también fabulosa fotografía de este film venía firmada por Harry Stradling Sr., en el cine desde 1920 y ya con grandes títulos a sus espaldas como “Pygmalion”, “La posada de Jamaica”, “Intermezzo”, “Sospecha”, “Escuela de sirenas”, “Desfile de Pascua” o “Un tranvía llamado deseo”. Extraordinario Stradling.


Daniel Mandell se hacía cargo del montaje. Mandell había debutado a toda pantalla en 1924 y llevaba ya tras de sí grandes clásicos como “Esos tres”, “Cumbres borrascosas”, “La jungla en armas”, “El forastero”, “Juan Nadie”, “La loba”, “Bola de fuego”, “El orgullo de los yanquis”, “Arsénico por compasión” o “Los mejores años de nuestra vida”… Otro fabuloso del cine.


La dirección artística de Clavé (también diseñador de vestuario del ballet que aparecía en esta historia) y Richard Day (responsable también de la dirección artística en otros títulos como “El cisne negro”, “Juana de Arco” o “Un tranvía llamado deseo”) redondeaba la espléndida factura de esta mágica producción.



“Wonderful Copenhagen”, “The king’s new clothes”, “Inchworm”, “I’m Hans Christian Andersen”, “Thumbelina”, “Dream Ballet”, “The ugly duckling”, “Anywere I wander”, “Fantasy wedding sequence”, “No two people”…


Y los fabulosos temas musicales de una banda sonora repleta de preciosas canciones con letra y música de Frank Loesser


… dirección musical de Walter Scharf


… y orquestaciones de Jerome Moross, genio musical que, seis años más tarde, nos regalaría “Horizontes de grandeza”, una de la más grandes bandas sonoras de la historia del cine.

“Iré a las puertas de la ciudad, me dirigiré a la primera persona que vea y le diré: ¿Qué tal? Soy Hans Christian Andersen… Desde luego, pasaré por las puertas de la ciudad y diré: Soy Hans Christian Andersen”

Tras aparecer en diversos cortos cinematográficos y una película para la televisión, Danny Kaye debutaba a toda pantalla en “Rumbo a Oriente” y ya había sido visto también en “Un hombre fenómeno”, “El asombro de Brooklyn”, “La vida secreta de Walter Mity”, “Nace una canción”, “El inspector general” y “En la costa azul”…


… antes de presentarnos a su maravilloso, fabuloso, mágico Hans Christian Andersen, sin duda alguna la interpretación más entrañable de toda su carrera. Un personaje de cuento que, realmente, parecía escrito para él.

Samuel Goldwyn elegía, en un principio, a Moira Shearer para el personaje de Doro, la  principal bailarina de esta historia. Moira, finalmente, se retiraba del proyecto al descubrir que estaba embarazada...


Y así le llegaba la feliz ocasión a la bailarina francesa Zizi Jeanmaire, quien en 1949 había conseguido una enorme y exitosa popularidad gracias a su protagonismo en el ballet de la londinense producción de “Carmen”. Tras “El fabuloso Andersen”, Jeanmaire intervenía también en otros títulos cinematográficos…


… y en 1954 contraía matrimonio con el bailarín y coreógrafo Roland Petit, quien aparecía también en “El fabuloso Andersen” como el príncipe del ballet de “La sirenita”. 


El actor estadounidense Farley Granger daba vida a Niels, el marido de Doro. Granger debutó en la gran pantalla en 1943 dirigido por Lewis Milestone en “La estrella del norte” y ya había trabajado también a las órdenes de Alfred Hitchcock en “La soga” y “Extraños en un tren”, de Nicholas Ray en “Los amantes de la noche” o de Mark Robson en “No quiero decirte adiós”.


Y el extraordinario John Qualen interpretaba al Burgomaestre. En el cine desde 1931, Qualen ya llevaba tras de sí infinidad de clásicos cinematográficos como “Contrastes”, “La reina de Nueva York”, “Luna nueva”, “Las uvas de la ira”, “Hombres intrépidos”, “El libro de la selva”, “Casablanca” o “El capitán Kidd”… Sencillamente magistral.
Completaban el fabuloso reparto, entre otros, Joey Walsh (Peter), John Brown (maestro), Peter Votrian (Lars), Philip Tongue (Otto) o Jeanne Lafayette (Celine).

EDITOR: “Hans, si escribe alguno de esos cuentos del mismo modo que se los cuenta a los niños, los imprimiré. Y le pagaré por ellos”
HANS: “Casi no lo puedo creer. ¿Cuándo estará en el periódico?”
EDITOR: “Mañana”
HANS: “¿Mañana?”
EDITOR: “Y pondrá Hans Christian Andersen, todo el día de mañana”
HANS: “Todo el día…”



El fabuloso Andersen” fue candidata a los Premios Oscar en las categorías de mejor fotografía, dirección artística, diseño de vestuario, banda sonora original, canción original (la maravillosa “Thumbelina”) y sonido.


También fue nominada en los Globos de Oro como mejor película y mejor actor (Danny Kaye).

“Eres Hans Christian Andersen… Contarás cuentos, escribirás cuentos e incluso los cantarás…
Siempre, siempre, siempre”


A las tres mágicas princesas de Chez Morera

Actrices, actores, directores... Vivir para gozar

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Henry Fonda, Barbara Stanwyck y Preston Sturges, tres clásicos del cine para “Las tres noches de Eva” (1941).


En “Matrimonio original” (1941), Carole Lombard y Robert Montgomery compartían plató cinematográfico…


… y un helado con Mischa Auer, de visita en el set de rodaje.


Jack Lemmon y Billy Wilder durante el rodaje de “El apartamento” (1960). Un año antes nos habían regalado “Con faldas y a lo loco” y más adelante llegarían “Irma la dulce”, “En bandeja de plata”, “Primera plana”… Puro lujo.


Uno no dirige a Cary Grant. Se le pone delante de la cámara, simplemente
(Alfred Hitchcock)


Cary Grant y Skippy en el set de rodaje de “La pícara puritana” (1937), divertidísima comedia americana en la que el ilustre actor canino daba vida a Mr. Smith. Antes de esta película, Skippy había sido Asta, el fiel compañero de pesquisas de Nick y Nora Charles (William Powell y Myrna Loy) en “La cena de los acusados” y “Ella, él y Asta”. Y en “La fiera de mi niña” (1938) Skippy fue para nosotros George, compañero inseparable esta vez de Cary Grant, de Katharine Hepburn… y  de una clavícula intercostal.


Bill Murray fue considerado para interpretar a Han Solo en “La guerra de las galaxias”, a Bruce Wayne en “Batman” y a Willy Wonka en “Charlie y la fábrica de chocolate”. También fue candidato como voz de Buzz Lightyear en “Toy Story” y como voz de Sulley en “Monstruos S.A.”


Se han realizado remakes de varios títulos de la filmografía de Michael Caine. “Asesino implacable”, “Un trabajo en Italia”…


… “Alfie” y “La huella”, siendo en estos dos últimos casos Jude Law el elegido para interpretar a los personajes de Caine.


Audrey Hepburn, Stanley Donen y Cary Grant, un trío bien avenido, durante el rodaje de “Charada” (1963).


George Clooneyy Brad Pitt en el set de rodaje de “Ocean’s Thirteen” (2007).


Sí, eso, doble Wow!


Marido y mujer desde 1958, Paul Newman y Joanne Woodward compartieron también pantalla en títulos como “El largo y cálido verano”, “Un día volveré”, “Quinientas millas”, “Harry e hijo” o “Esperando a Mr. Bridge”.



… Sí, éste también es Paul Newman.


En el set de rodaje de “El Padrino” (1972). Diane Keaton y Al Pacino volverían a coincidir en "El padrino II" (1974) y "El padrino III" (1990).


El hijo bueno y el no tanto. Joseph Cotten y Gregory Peck durante el rodaje de “Duelo al sol” (1946).


El gran Marcello Mastroianni en un descanso del rodaje de “Entrevista” (1987) de Fellini.


En 1957, Audrey Hepburn y Fred Astaire se tomaban un respiro entre baile y baile en el rodaje de “Una cara con ángel”.


Basil Rathbone, Peter Lorre, Vincent Price y Boris Karloff. Sobran las palabras, ¿verdad?


Harrison Ford en el set de rodaje de “La guerra de las galaxias” (1977)…


… y pasándoselo también en grande con John Rhys-Davies (Sallah en esta historia) en un descanso del rodaje de “En busca del arca perdida” (1981).


Al comienzo de su carrera como actor, James Garner apareció como uno de los jueces en “El motín del Caine” de Broadway. Su papel consistía básicamente en escuchar a los otros actores, de lo que dijo aprender una gran lección pues para un actor escuchar es tan importante como hablar.


Dustin Hoffman haciendo amigos durante el rodaje de “Marathon man” (1976). Si habéis visto la película, sabréis por qué le dedica este gesto a Laurence Olivier. Y si no la conocéis, ya tardáis en asomaros a este excelente clásico del cine.


James Cagney, William Powell, Henry Fonda, Ward Bond y Jack Lemmon en un simpático descanso durante el rodaje de “Escala en Hawai” (1955). Magistral dirección de John Ford con un reparto de auténtico lujo.


1946. Set de rodaje de “Los mejores años de nuestra vida”. Y los mejores momentos de William Wyler, su magistral director.


Rodaje de “Ben-Hur” (1959). Charlton Heston y Stephen Boyd (Messala en esta historia) dándose una vuelta en Vespa. Pues claro que sí, tanta cuádriga, tanta cuádriga…


Robert Redford y Jane Fonda en un simpático descanso durante el rodaje de “Descalzos por el parque" (1967)… Menuda pareja.


Y aquí nos quedamos, con Mr. Fonda, Stany y Mr. Sturges. Un inmejorable cierre.

Las aventuras de Tom Sawyer

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“Del corazón de Mark Twain
a todos los corazones del mundo”


En 1938, David O. Selznick llevaba ya tres años con su propio estudio de producción de películas y era uno de los pocos productores que utilizaban para sus rodajes el Technicolor.


Tras haber adaptado a la gran pantalla, y con gran éxito, grandes obras literarias como “Mujercitas”, “David Copperfield”, “Historia de dos ciudades” o “Ana Karenina”, el productor norteamericano se aventuraba con Mark Twain y su maravilloso Tom Sawyer.


Y así “The adventures of Tom Sawyer”, la inmortal novela escrita en 1876 por el magistral autor estadounidense, era transformada en un magnífico guión cinematográfico por el poeta y novelista John Van Alstyne Weaver, Jr. en su último trabajo para la gran pantalla tras otros diez desde 1926.

“Ya sé, seré pirata. Así podría llegar navegando a la ciudad con mi machete y mis pistolones y todo el mundo gritaría: ‘¡Tom Sawyer, el terror de los océanos ha vuelto a casa!' ”


Tommy Kelly debutaba con doce años en esta película interpretando maravillosamente a Tom Sawyer. Este mismo año de 1938 protagonizaba además “Peck’s bad boy with the circus” y al año siguiente trabajaba junto a Joel McCrea y Walter Brennan en “They shall have music” y junto a Vivien Leigh y Clark Gable en “Lo que el viento se llevó”, permaneciendo después en el cine hasta 1950, año en el que se retiraba de la actuación.




Tommy, sensacional en su papel, será siempre para nosotros el mejor Tom Sawyer de la gran pantalla.

TOM: “¿Te gustan las ratas?”
BECKY: “No, las odio”
TOM: “Yo también, a las vivas. Pero digo ratas muertas, para girarlas sobre la cabeza con una cuerda…”
BECKY: “No, no me gustan las ratas de ningún modo, lo que me gusta es el chicle”



Becky Thatcher era interpretada por Ann Gillis, actriz que contaba entonces con once años de edad pero llevaba asomándose a la gran pantalla desde los siete en títulos como “El gran Ziegfeld” o “El jardín de Alá”. Ese mismo año de 1938, el público americano la veía también como Annie en “Little orphan Annie” y un año más tarde como Isobel, el personaje de Susan Hayward de niña  en “Beau Geste”. Ann continuó después con su carrera cinematográfica, prestándole además en 1942 su voz a la Falina adulta de “Bambi”.

“Huck Finn y Tom Sawyer juran guardar silencio.
Que se pudran y caigan fulminados si hablan”




A sus quince años de edad, Jackie Moran daba vida en esta historia al entrañable Huckleberry Finn. Jackie había debutado en el cine en 1936 a los trece años y tan sólo llevaba cinco títulos antes de interpretar a su encantador personaje de “Las aventuras de Tom Sawyer”.

TOM: “Huck, ¿tú crees que a los muertos les gustará que estemos aquí?”
HUCK: “Les da igual, mientras no les pisemos…”

Jackie continuaría después apareciendo en títulos como “Mentirosilla”, “Lo que el viento se llevó” o “Desde que te fuiste”.

“¡Tía Polly! ¡Tía Polly!”


David Holt era ya todo un veterano como actor de la gran pantalla. Había debutado a los seis años en un corto de “La pandilla” e intervenido ya en catorce largometrajes entre los que se encontraban clásicos como “La garra del gato” (donde interpretaba al personaje de Harold Lloyd de niño) o “Los últimos días de Pompeya”.


Con once años de edad, David nos presentaba a un magistral Sid Sawyer, el genuino hermanastro de Tom.


Marcia Mae Jones fue elegida en un principio como Becky Thatcher. Pero contaba ya 14 años de edad y finalmente se le asignaba el papel más apropiado de Mary Sawyer, la prima de Tom. Marcia había debutado en la gran pantalla con tan sólo dos años y ya había aparecido en títulos como “El rey del jazz”, “El campeón” o “El jardín de Alá”...



... además de como una magnífica Rosalie Wells en “Esos tres” y como Klara Sesemann en la versión clásica de “Heidi” protagonizada por Shirley Temple.


Las aventuras de Tom Sawyer” era dirigida con absoluta maestría por el cineasta americano Norman Taurog, quien ya había dirigido a Jackie Cooper en “Skippy”, a Jackie Coogan en “Huckleberry Finn” y dos segmentos de la película “Si yo tuviera un millón”. Tras “Las aventuras de Tom Sawyer”, Taurog dirigiría también a Mickey Rooney en títulos cinematográficos tan míticos como “Forja de hombres”, “El joven Edison” o “La ciudad de los muchachos”.


James Wong Howe firmaba las acertadísimas imágenes de esta película. En el cine desde 1923, Howe ya nos había dejado su arte fotográfico en títulos como “Peter Pan” (en su maravillosa versión muda), “El expreso de Shangai”, “La marca del vampiro” o “Fuego sobre Inglaterra”. Más adelante sería asimismo el responsable de las imágenes de acción real de la magistral “Fantasía” de Walt Disney.

El montaje de Margaret Clancey, el adecuado diseño de vestuario de Walter Plunkett y la magnífica dirección artística de Lyle R. Wheeler completaban la buena factura de esta producción…


… que se redondeaba con una preciosa banda sonora compuesta por Max Steiner. En el cine desde 1916, este magnífico compositor ya nos había dejado las bandas sonoras de clásicos como “King Kong”, “Las cuatro hermanitas”, “La patrulla perdida”, “El delator” o “El pequeño Lord”. Tras “Las aventuras de Tom Sawyer”, Steiner nos dejaría otras maravillas musicales en títulos como “Jezabel”, “Lo que el viento se llevó”, “La carta”, “Murieron con las botas puestas”, “Casablanca” o, curiosamente, “Las aventuras de Mark Twain”. Magistral Steiner, magistral.

“Jugando a los piratas… ¡Ya verás cuando te coja en casa, sinvergüenza!”


La extraordinaria actriz australiana May Robson daba vida a la tía Polly. En el cine desde 1908, May ya había sido para el público americano tía Jane en “La pelirroja”, Mrs. Wendel en “Cena a las ocho”…


Apple Annie en “Dama por un día” (versión anterior de “Un gángster para un milagro” dirigida también por Frank Capra), la Reina de Corazones en “Alicia en el país de las maravillas”, la condesa Vronsky en “Ana Karenina” o la abuela Lettie en “Ha nacido una estrella” antes de su magnífica interpretación en “Las aventuras de Tom Sawyer”.


Y ese mismo año de 1938, May nos daría otra magistral lección interpretativa como la tía Elizabeth de “La fiera de mi niña”. Espléndida May Robson.

“Dadme la mano… Manos pequeñas, pero han ayudado a Muff Potter y le ayudarían más si pudieran…


En el cine desde 1925, Walter Brennan era ya para entonces muy bien reconocido en la gran pantalla gracias a más de un centenar de títulos entre los que se encontraban grandes clásicos como “El hombre invisible”, “La novia de Frankenstein”, “Ciudad sin ley”, “Esos tres”, “Furia”, “Rivales”…


Walter nos maravillaba en “Las aventuras de Tom Sawyer” a través de Muff Potter, uno de los más entrañables personajes de su extensa filmografía. Grande, grande, grande Walter Brennan. Tremendamente grande.


El canadiense Victor Jory daba vida al malvado Indio Joe. Jory había debutado en el cine en 1930 y ya había sido visto en un gran número de títulos como “El sueño de una noche de verano”, “Pursued” o “Madame Du Barry” antes de participar en “Las aventuras de Tom Sawyer”.


Donald Meek era en esta historia el superintendente de la escuela. Extraordinario actor británico en el cine desde 1923, Meek ya había sido visto en clásicos como “La viuda alegre”, “Pasaporte a la fama”, “La marca del vampiro”, “El delator”, “Ciudad sin ley”, “Sueño de amor eterno” o “El capitán Blood”. Ese mismo año de 1938, Donald nos regalaba a su entrañable Poppins de “Vive como quieras” y un año después a su correcto Peacock de “La diligencia”. Maravilloso Donald Meek.


Y Margaret Hamilton era Mrs. Harper. En el cine desde 1933, Margaret ya había aparecido en clásicos como “Esos tres”, “Sólo se vive una vez” o “La reina de Nueva York”. Un año después de "Las aventuras de Tom Sawyer" interpretaría su papel más reconocido,  el de Miss Gulch / Bruja Mala del Oeste en “El mago de Oz”.


Completaban magníficamente el reparto Philip Hurlic (Jim), Mickey Rentschler (Joe Harper), Cora Sue Collins (Amy Lawrence), Victor Kilian (Sheriff), Nana Bryant (Mrs. Thatcher), Olin Howland (Mr. Dobbins), Charles Richman (Juez Thatcher), Spring Byington (viuda Douglas)…


Producida por David O. Selznick para la Selznick International Pictures, “Las aventuras de Tom Sawyer” (The adventures of Tom Sawyer) era estrenada en Estados Unidos, hace hoy ya 75 años, el 11 de febrero de 1938.


Tan sólo nominada al Oscar a la mejor dirección artística y como mejor película en el Festival de Venecia, permanecerá sin embargo para siempre en la historia del cine, y en nuestros corazones, por su impecable producción y dirección, su excelente fotografía, su maravillosa ambientación, su excepcional reparto…


Y por un magnífico guión basado en una de las más extraordinarias historias jamás contadas. Y es que estamos hablando de MarkTwain.

La mayoría de las aventuras que refiero en este libro son reflejo de la realidad, una o dos me han ocurrido a mí mismo, el resto son anécdotas de otros niños, compañeros míos de la escuela. Huck Finn ha existido, Tom Sawyer también, si bien no se trata de un solo individuo, es una combinación de las características de tres chiquillos amigos
(MARK TWAIN

La fiera de mi niña

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Una comedia frenética en la que están implicados Katharine Hepburn, Cary Grant, un  terrier, un leopardo, un esqueleto de brontosaurio y una excéntrica colección de chismosos de Connecticut
(Time)


El 10 de abril de 1937 aparecía publicado en el magazineCollier’s Weekly un relato corto escrito por Hagar Wilde que recibía por nombre “Bringing Up Baby”.


La RKO compraba esta historia pensando en Katharine Hepburn como protagonista. También se contaba con la propia escritora de este relato y con Dudley Nichols para convertirla en guión cinematográfico, así como con Howard Hawks, entonces con escasa experiencia en el género de la comedia pero ya con cierto prestigio como director de cine.

 “Dirigida con pericia por Howard Hawks, que mantiene toda la película al ritmo marcado por su estrella, ‘La fiera de mi niña’ se gana un sitio entre las comedias más destacadas del cine y es, con diferencia, la compilación de absurdos más divertida estrenada en lo que va de año
(Herbert Cohn, Brooklyn Daily Eagle)


Howard Hawks había debutado tras las cámaras en 1926 con “El camino de la gloria” y ya nos había dejado títulos como “Scarface, el terror del hampa”, “Ciudad sin ley”, “La comedia de la vida” o “Rivales”, codirigida esta última con William Wyler, otro grande.


El californiano Russell Metty llevaba a cabo la correcta fotografía de “La fiera de mi niña”, bien complementada con la dirección artística a cargo de Van Nest Polglase.


Y el neoyorkino Roy Webb firmaba su banda sonora. En el cine desde 1929, Webb llevaba ya tras de sí títulos tan clásicos como “Sueños de juventud”, “Los últimos días de Pompeya”, “La gran aventura de Sylvia”, “La osa mayor y las estrellas”, “Olivia” o “Damas del teatro”.


Banda sonora la de “La fiera de mi niña” que incluía “I can’t give you anything but love, Baby”, hoy ya mítica canción que fue compuesta en 1928 por Jimmy McHugh y Dorothy Fields y presentada ese mismo año en Nueva York por Adelaide Hall en la “Blackbird Revue” estrenada en Broadway.

Katharine Hepburn construye su papel de una manera sensible, testaruda, triunfalista, y con esa manera de ser ilógicamente serena que sólo puede ostentar la gente que ha recibido una muy buena educación. Sin la inteligencia de su interpretación, el público no habría comprendido al personaje y la hubiese odiado. Con su manera de interpretarlo, podemos aceptarla y quererla tal como es
(Otis Ferguson, The New Republic)


Katharine Hepburn había debutado en la gran pantalla a las órdenes de George Cukor en “Doble sacrificio” (1932) y llevaba ya en su carrera títulos como “Gloria de un día”, “Las cuatro hermanitas”, “Sueños de juventud”, “La gran aventura de Sylvia”, “María Estuardo” o “Damas del teatro”.

“He dicho buenos días
y le he preguntado si quiere un leopardo…”


En “La fiera de mi niña”, Kate era para nosotros la genuina Susan Vance.

Es difícil que haga un movimiento equivocado, siempre tiene un equilibrio perfecto. Tiene esa hermosa combinación que te permite pararte y girar sin perder el equilibrio. Esto le da
un increíble sentido del ritmo

Cierto, Howard. Sí, como cabía esperar, Hepburn estuvo maravillosa en su papel.

Fue el propio Howard Hawks quien sugirió a Cary Grant como protagonista masculino. La RKO se lo había ofrecido antes a Leslie Howard, Robert Montgomery, Ronald Colman, Ray Milland y Fredric March, pero los cinco actores rechazaron la oferta.


Y… Sí, eso, muy, muy, muy afortunadamente para la historia del cine fue aceptada la propuesta de Hawks de escoger a Grant como el David Huxleyde esta película.

Es muy difícil pensar en otro intérprete que no sea Cary Grant metido en este tipo de material. Es tan bueno en él que no hay nadie con el que pueda ser comparado

De nuevo completamente de acuerdo contigo, Howard.


El público americano ya conocía a este guapísimo actor desde 1932 y por clásicos como “La Venus rubia”, “Lady Lou”, “Alicia en el país de las maravillas”, “La pícara puritana”... Y “La gran aventura de Sylvia”, donde Cary compartía por vez primera cartel con Katharine Hepburn.

“Le dijiste a tu tía que yo estaba loco, ¿verdad? Y, sin que yo lo supiera, que mi nombre era Hueso… También le dijiste que yo era un gran cazador…
A todo el mundo le cuentas lo que se te ocurre, pero a mí nunca me dices nada…”


"La fiera de mi niña” fue su segundo título juntos y ese mismo año volverían a coincidir en la maravillosa “Vivir para gozar”. Sin duda alguna, una auténtica pareja de lujo para la historia del cine.


May Robson era una espléndida tía Elizabeth. May había interpretado ese mismo año de 1938 a la tía Polly en “Las aventuras de Tom Sawyer” y llevaba en el cine desde 1908 con títulos tras de sí como “La pelirroja”, “Si yo tuviera un millón”, “Cena a las ocho”, “Dama por un día”, “Ana Karenina” o “Ha nacido una estrella”.


El divertido Comandante Applegate era magníficamente interpretado por Charles Ruggles, excelente actor estadounidense desde 1914 en la gran pantalla y ya con títulos a sus espaldas como “Peer Gynt”, “Ámame esta noche”, “Un ladrón en la alcoba” o “Si yo tuviera un millón”.


Y Gogarty nos llegaba a través de un extraordinario Barry Fitzgerald, genial actor irlandés en el cine desde 1924 quien, sin embargo, tan sólo había aparecido en un total de cinco títulos cinematográficos antes de su papel en “La fiera de mi niña”.

El espectador aún tendría que esperar un poco más para maravillarse con su entrañable Padre Fitzgibbon de “Siguiendo mi camino”, su mágico Henry Twite de “Un corazón en peligro” o su genuino (y homérico) Michaleen Oge Flynn de “El hombre tranquilo”.


Redondeaban magistralmente el reparto Walter Catlett (Comisario Slocum), Fritz Feld (Dr. Lehman), Leona Roberts (Mrs. Gogarty), George Irving (Mr. Peabody) o Tala Birell (Mrs. Lehman). También Ward Bond, Jack Carson…

“Todo te lo puedo dar menos el amor, Baby…”


Nissa como Baby



… y Skippy como George. Este ilustre fox terrier debutaba a toda pantalla en 1933 en “Matando en la sombra”, título en el que William Powell interpretaba al detective Philo Vance. Un año después, Skippy compartía con el propio Powell y con Myrna Loy, en los papeles de Nick y Nora Charles, una serie de películas sobre “El hombre delgado” de Dashiell Hammett.

Tras esto llegaría su personaje de Mr. Smith en “La pícara puritana”, el de George en “La fiera de mi  niña” y el de Mr. Atlas en “La pareja invisible se divierte”. Muy grande Skippy, muy grande.


Producción de Howard Hawks para la RKO Radio Pictures, "La fiera de mi niña" (Bringing up Baby) se estrenaba en San Francisco, California, hace hoy ya 75 años, el 16 de febrero de 1938.

Todo un clásico del cine… Transforma las situaciones más cotidianas en un complicado y divertido juego de sentimientos. Irresistible y genial
(Fernando Morales, Diario El País)

En su estreno tuvo muy buena acogida por la crítica pero no así por el público, quien la consideró demasiado disparatada. Y, aunque hoy nos parezca increíble, tampoco optó a premios o nominaciones de ningún tipo.


Cary Grant tardó en aceptar el papel protagonista porque no encontraba la manera de interpretar a un científico de tales características. Hasta que Hawks le preguntó: “Habrás visto alguna película de Harold Lloyd, ¿no?”. Lloyd había sido uno de los ídolos de Grant, así que las gafas que lleva Cary en la película hicieron buena parte del trabajo.

Durante el rodaje de "La fiera de  mi niña", Cary Grant desempeñó también otras funciones, como el servir de asesor en el montaje del film. O, con la colaboración de Walter Catlett (que hacía en esta historia el papel del genuino Comisario Slocum), ayudar a Katharine Hepburn a desenvolverse de la mejor manera posible en este difícil género de la comedia cinematográfica.


Durante casi toda la película, el trabajo de Grant consistía en mantenerse serio ante Katharine Hepburn. Fácil para Grant pues anteriormente ya había interpretado al “hombre serio” en varios dúos de vodevil.

Pero para Katharine suponía su primer papel de comedia, así que tuvo que aprender la mejor manera de llevarlo a cabo con efectividad.


Con la ayuda de Catlett, de Grant y del propio Howard Hawks, quien le aconsejó a la actriz que no intentase hacerse la graciosa sino que se comportara de la manera más natural posible, Hepburn conseguía en esta película uno de los mejores papeles de su carrera cinematográfica.



Y luego estaba su relación con el leopardo de la historia. Pero aquí Kate no tenía el menor problema. Aceptaba de buena gana las indicaciones de Olga Celeste, la cuidadora del precioso felino, como el tener que aplicarse un perfume que al leopardo le volvía juguetón o untar resina en las suelas de sus zapatos para evitar resbalones que pudieran asustar al animal.

Todas las mañanas, antes del rodaje de sus escenas, Katharine le hacía una visita al leopardo. La cuidadora del felino llegó a comentar que la actriz hubiera sido una excelente domadora de fieras porque, además, no les tenía miedo alguno.


El guión de ‘La fiera de mi niña’ era bueno. Cary Grant estuvo maravilloso. Yo también estuve bien. Y en cuanto al leopardo, excelente
(Katharine Hepburn)

20 años de Oscar en Canal+

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La semana pasada disfruté en Madrid de una exposición de cine. Una exposición presentada por Casa de América y Canal+ el pasado 12 de febrero en la Sala Diego Rivera de Casa de América que se prolongará hasta el próximo domingo 24, día de entrega de los Premios Oscar en su 85 edición.


Cinéfila y artística exposición que, con motivo del vigésimo aniversario de la retransmisión de estos galardones a través del Canal+, recorre los últimos veinte años de presencia iberoamericana en los Oscar.

Recorrido que me dispongo yo ahora a compartir con todos vosotros, mis queridos espectadores de esta gran pantalla. Seguidme, seguidme.

And the Oscar (or nomination) goes to


Anthony Hopkins entregaba a Fernando Trueba el Oscar a la mejor película en habla no inglesa por “Belle Epoque” (1992). Dirigida por el propio Trueba, la película contaba con un guión de Rafael Azcona basado en una historia de Fernando Trueba, José Luis García Sánchez y el propio Azcona.


Casi veinte años después, Fernando Trueba era de nuevo nominado junto a Javier Mariscal, esta vez en la categoría de mejor largometraje de animación, por “Chico & Rita” (2010).


Carles Bosch, director junto a Josep Maria Doménech del documental “Balseros” (2002), se compraba estos zapatos para asistir a la ceremonia de los Premios de la Academia. Con un guión escrito por David Trueba y el propio Carles Bosch, “Balseros” fue nominado al Oscar al mejor documental.

 



Carteles, puñal y máscaras de “El laberinto del fauno” (2006), título dirigido por Guillermo del Toro que obtuvo el Oscar a la mejor fotografía, dirección artística y maquillaje.


“El laberinto del fauno” fue también nominada a la mejor banda sonora (firmada por Javier Navarrete), al mejor guión original  y a la mejor película
en habla no inglesa.

La exposición recoge también las partituras con anotaciones de Alberto Iglesias, nominado en tres ocasiones a los Premios de la Academia por “El jardinero fiel” (2005), “Cometas en el cielo” (2007) y “El topo” (2011).


El secreto de sus ojos” (2009), dirigida por Juan José Campanella, ganó para Argentina el Oscar a la mejor película en habla no inglesa.



Escrito y dirigido por Javier Recio Gracia, “The lady and the reaper” (La dama y la muerte) (2009) fue nominado al Oscar al mejor cortometraje de animación.




Fotografías originales, estatuilla y guión de “Mar adentro” (2004). Dirigida por Alejandro Amenábar, obtuvo el Oscar a la mejor película en habla no inglesa. También estuvo nominada al mejor maquillaje.


Javier Bardem en los Oscar. Nominado como mejor actor por “Antes que anochezca” (2000), Oscar como mejor actor de reparto por “No es país para viejos” (2007) y nominado como mejor actor por “Biutiful” (2010).


Escrita y dirigida por Claudia Llosa, “La teta asustada” (2009) fue nominada como mejor película en habla no inglesa.

Dirigido por Borja Cobeaga, “Éramos pocos” (2005) era a su vez nominado al Oscar al mejor cortometraje.



Cabeza de escayola utilizada en el rodaje de “Esposados” (1996). Bajo la dirección de Juan Carlos Fresnadillo, se convirtió en el primer corto en ser nominado al mejor cortometraje en los Premios de la Academia.


La guitarra que aparece en “7:35 de la mañana” (2003), corto dirigido por Nacho Vigalondo que también fue nominado al Oscar al mejor cortometraje.


Sombrero y vestido que llevaba Penélope Cruz en “Vicky Cristina Barcelona” (2008), título dirigido por Woody Allen por el que Penélope obtuvo el Oscar a la mejor actriz de reparto.

Y el traje con el que Pedro Almodóvar recogió el Oscar al mejor guión por “Hable con ella” (2002). Almodóvar ya había recibido la estatuilla a la mejor película en habla no inglesa por “Todo sobre mi madre” (1999).


El compositor uruguayo Jorge Drexler lucía este traje al recoger el Oscar a la mejor canción, “Al otro lado del río”, de “Diarios de motocicleta” (2004), película que estuvo también nominada a mejor guión.


Fotografías y cartel de “Secretos del corazón” (1997), precioso título español dirigido por Montxo Armendáriz que fue nominado al Oscar a la mejor película en habla no inglesa.


Y cerramos nuestro recorrido con “Los Miserables” (2012), título dirigido por Tom Hooper que ha sido nominado al Oscar en las categorías de película, actor principal (Hugh Jackman), actriz de reparto (Anne Hathaway), diseño de vestuario, maquillaje, canción original, diseño de producción y sonido.
Pues habrá que verla, que no será por falta de ganas...


En definitiva, una muy recomendada exposición de película que rinde un merecido homenaje a todos estos profesionales del cine que han sido bien reconocidos a lo largo de las últimas 20 ediciones de los Premios de la Academia.

Y  una bonita manera de celebrar los 20 años de Oscar en Canal+.

Maravillosas parejas de baile

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Eleanor Powell y Fred Astaire nos deleitaban en “La nueva melodía de Broadway” (1940) con “Jukebox dance”, número musical compuesto el año anterior por Walter Ruick. Eleanor llevaba ya diez años apareciendo en la gran pantalla como bailarina y era ya merecidamente conocida como “la reina del claqué”. Fred había debutado en el cine en 1933 y hasta entonces había sido tan sólo visto como pareja de baile de Ginger Rogers.


En “Mary Poppins” (1964) Julie Andrews y Dick Van Dyke nos cantaban, y bailaban, el “Supercalifragilisticoexpialidocious” compuesto por los maravillosos hermanos Sherman. Julie conseguía fama mundial, y el Oscar a la mejor actriz, gracias a esta película. Dick ya era para entonces un rostro conocido de la pequeña pantalla y también había aparecido ya en el cine en dos musicales: “Un beso para Birdie” y “Ella y sus maridos”.


Bésame, Kate” (1953) reunía en “Why can’t you behave”, tema musical compuesto por Cole Porter, a Ann Miller y Tommy Rall, dos de los más imprescindibles bailarines del cine musical americano. Ann había ya aparecido en clásicos como “Damas del teatro”, “Vive como quieras”, “El hotel de los líos”, “Desfile de Pascua” o “Un día en Nueva York”. Tommy llevaba a toda pantalla desde 1942 con un total de once títulos cinematográficos entre los que se encontraban “La estrella del Norte” y “Ziegfeld Follies”. Y en 1954 le llegaba su gran oportunidad al dar vida a Frank Pontipee (Flor para la familia) en “Siete novias para siete hermanos”. Extraordinario bailarín Tommy Rall, extraordinario.


En 1963 Judy Garland y Mickey Rooney se reunían en "The Judy Garland Show". Judy y Mickey compartieron por vez primera cartel cinematográfico en “Thoroughbreds don’t cry” (1937), película a la que siguieron otras muchas como “Andy Harvey se enamora” (y otros títulos con Andy Harvey de protagonista), “Los hijos de la farándula”, “Armonías de juventud”, “Chicos de Broadway”, “Girl crazy”... Una pareja de leyenda del musical americano que en la vida real mantuvo en todo momento una estrecha amistad.


Marido y mujer desde 1954, Mel Ferrer y Audrey Hepburn bailaban en “Guerra y paz” (1956) al son de “Natasha’s waltz”, precioso tema compuesto para la película por Nino Rota. Elegantísima pareja de bailarines. Audrey había debutado en el cine en 1951 y ya había aparecido en “Oro en barras”, “Vacaciones en Roma” y “Sabrina”. Mel había sido ya visto en “Scaramouche”, “Lili” y “Los caballeros del rey Arturo”.


En “Just around the corner” (1938), Shirley Temple y Bill “Bojangles” Robinson nos cantaban, y bailaban, "This is a happy little ditty", un encantador tema musical compuesto por Harold Spina y Walter Bullock. Shirley ya había compartido pantalla, y baile, con el excepcional bailarín americano en “La pequeña coronela”, “Rebelde” o “Rebecca of Sunnybrook Farm”.


James Cagney y Bob Hope, dos leyendas de la historia del cine, nos maravillaban en la película “The seven little foys” (1955) con su genuina interpretación de “Mary’s grand old name”, tema compuesto por George M. Cohan, completísimo artista estadounidense a quien Cagney había dado vida, trece años atrás, en “Yanqui Dandy” (1942).


En "Damn Yankees!" (1958) Bob Fosse y Gwen Verdon nos regalaban “Who’s got the pain”, fantástico número musical compuesto por Richard Adler y Jerry Ross y extraordinariamente coreografiado por el propio Fosse. Gwen y Bob contrajeron matrimonio en 1960 y tres años después nacía su hija Nicole, con el tiempo también bailarina. La pareja se separaba en 1971 pero nunca llegaron a divorciarse. En la maravillosa “All that jazz”, el personaje protagonista estaba basado en Bob Fosse y los personajes de su mujer y su hija en las figuras de Gwen y Nicole.


Gene Kelly y Jerry (a través de la voz de la actriz Sara Berner) cantaban y bailaban para nosotros “The King who couldn’t dance”, precioso tema musical compuesto por Sammy Fain y Arthur Freed para la película “Levando anclas“ (1945). Gene llevaba en el cine desde 1942 y había sido ya visto en siete títulos cinematográficos. Jerry había debutado a toda pantalla, junto a su inseparable Tom, en “Puss gets the boot”, cortometraje dirigido en 1940 por Hanna-Barbera que fue nominado al Oscar. El simpático ratón llevaba ya tras de sí unos cuantos y geniales cortos cuando intervino en “Levando anclas”, su única aparición en un largometraje cinematográfico. Mágica, mágica escena.


Y terminamos con la misma pareja de baile con la que comenzamos este recorrido musical. Eleanor Powell y Fred Astaire de nuevo en “La nueva melodía de Broadway” (1940) pero esta vez bailando al son de “Begin the beguine”, maravilloso tema musical compuesto en 1935 por Cole Porter y, para muchos, la mejor escena de baile de la historia del cine. De cualquier manera, indiscutiblemente extraordinaria.

A  natsnoC
... Por ser como eres

Fantasía

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Hace casi ya dos años, en esta misma galaxia y desde su Chez Morera, todo un personaje llamado natsnoC nos proponía formar parte de “la semana temática”, un precioso proyecto de colaboración entre blogs que en aquella ocasión tuvo como protagonista a la Utopía.

La experiencia fue tan gratificante que… Sí, mis queridos espectadores, natsnoC ha conseguido reunirnos de nuevo (ya os he dicho que es todo un personaje) en la II Semana Temática, desde hoy la Semana de la Fantasía.

Fantasía. Me meto de lleno, así, sin más…


En la segunda mitad de los años 30, la figura de Mickey Mouse había perdido terreno, en cuanto a popularidad, en favor de la del Pato Donald. Walt Disney quería recuperar para Mickey el primer puesto entre las estrellas de su estudio de animación, así que proyectó adaptar para él, en forma de cortometraje cinematográfico, “El Aprendiz de Brujo”, un cuento clásico griego que Goethe había convertido en poema y Paul Dukas en pieza de concierto musical.


A mediados de 1937, varios meses antes del estreno de “Blancanieves y los siete enanitos”, Walt obtenía los derechos para la adaptación cinematográfica de “El Aprendiz de Brujo”. A finales de ese mismo año, el guionista Perce Pearce finalizaba su storyboard. Pero el coste de esta pequeña producción llegaba a alcanzar con el tiempo una cantidad cuatro veces más elevada que la de un cortometraje normal, por lo que Disney vio muy clara la necesidad de ampliarla de alguna manera para compensar los gastos.

Y entonces coincidió en un restaurante de Beverly Hills con el compositor soviético Leopold Stokowski, contratado en esos momentos en Hollywood para la película “Loca por la música”.


Stokowski, ya bien conocido por convertir cualquier composición clásica en una apoteosis sonora, le propuso a Disney llevar a cabo un largometraje a partir de una serie de cortos animados que ilustrasen célebres piezas de la música clásica. Walt aceptó de inmediato.

Fantasía” venía firmada por un total de once directores, cada uno de ellos encargado de un segmento de la película o tan sólo de un fragmento del mismo. James Algar, Samuel Armstrong, Ford Beebe Jr., Norman Ferguson, Jim Handley, T. Hee, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Bill Roberts, Paul Sattergfield y Ben Sharpsteen, once auténticos artistas que realizaron un soberbio trabajo.


Bajo la coordinación de Joe Grant y Dick Huemer, un total de 23 guionistas desarrollaban para los distintos segmentos musicales sus correspondientes historias que eran, a su vez, animadas por más de un centenar de extraordinarios dibujantes. Otro loable trabajo conjunto.


James Wong Howe era el responsable de las imágenes de acción real de “Fantasía”. En el cine desde 1923, este maravilloso maestro chino de la fotografía ya nos había dejado su excepcional trabajo en la mágica versión muda de “Peter Pan” y en otros clásicos del cine como “El expreso de Shangai”, “La cena de los acusados”, “La marca del vampiro”, “Fuego sobre Inglaterra” o “Las aventuras de Tom Sawyer”. Su trabajo en “Fantasía” es, a todas luces, extraordinario.


Y fundamental también en “Fantasía” fue la voz en off del narrador que nos iba presentando todos y cada uno de los segmentos musicales de la película. Papel que recayó en Deems Taylor, compositor y crítico musical estadounidense ya muy conocido por sus emisiones de radio desde el Metropolitan Opera de Nueva York.

Walt Disney, Deems Taylor y Leopold Stokowski
ante el storyboard de “Fantasía”

Taylor también colaboró en el proceso de selección de las distintas obras musicales que aparecerían en la película, segmentos que a nosotros nos fueron presentados a través de la maravillosa voz de José Guardiola.

“En nombre de Walt Disney, Leopold Stokowski
y todos los demás artistas y músicos
cuyos talentos combinados crearon esta película,
bienvenidos a ‘Fantasía’…”


Toccata y fuga en Re menor, BWV 565
(Toccata and Fugue in D minor, BWV 565)
Pieza musical escrita para órgano entre 1703 y 1707
por el compositor alemán Johann Sebastian Bach




En este segmento musical, y en un primer acercamiento al arte abstracto por parte del estudio, los animadores trataron de crear una descripción visual de la propia música.

Aquí nos hallamos ante la música pura. No había trama, nada que pudiera ayudarnos, a excepción de nuestra imaginación. Por eso la escuchamos muchas veces, tratando de comprender las imágenes que iban apareciendo en nuestra mente. Acaso un fortíssimo evocaba la imagen de una ola oceánica quebrándose contra los escollos.
Luego venía otra, y otra más
(Walt Disney)

Suite El Cascanueces, Op. 71a
(The Nutcracker Suite, Op. 71a)
Ballet escrito en 1892 por el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky

Maravilloso segmento musical que engloba “Danza del hada dulcísima”, “Danza China”, “Danza de los Mirlitones”, “Danza Árabe”, “Danza Rusa” y “Vals de las flores”…




… seis de las ocho piezas que conforman este precioso ballet basado en la versión que Alejandro Dumas hizo de “El Cascanueces y el rey de los ratones”, cuento clásico escrito por Ernst Theodor Amadeus Hoffman en 1816.

La idea de este segmento fue concebida originalmente en 1935 para “Ballet des Fleurs”, una Silly Simphony que mantenía múltiples similitudes argumentales y estéticas con el cortometraje “Árboles y flores” (1932).

El Aprendiz de Brujo
(The Sorcerer’s Apprentice)
Scherzo sinfónico escrito en 1897 por el compositor francés Paul Dukas

Fred Moore, animador especialista en los cortometrajes del famoso ratón, diseñó también los primeros bocetos de Mickey Mouse para “Fantasía”, haciendo sus gestos y muecas más realistas y próximas al espectador.


Los rasgos bien característicos del Mickey Mouse conocido hasta entonces fueron cambiados para su aparición estelar en “El Aprendiz de Brujo”. Su cara, antes de color blanco, pasaba a ser color crema. Y sus ojos, con anterioridad negros, pasaban ahora a tener las pupilas negras y las córneas blancas.

A Joe Grant le fue asignado el otro personaje de este corto, el Brujo. Los bocetos de Grant de un anciano cejijunto y con largas barbas blancas fueron decisivos…


… para elegir al actor Nigel De Brulier como modelo de este personaje  animado, finalmente, por Bill Tytla.  



“Mr. Stokowski, Mr. Stokowski...
Congratulations, sir”
“Congratulations to you, Mickey”


La consagración de la Primavera
(Rite of Spring)
Ballet escrito en 1913 por el compositor ruso Igor Stravinsky


En este extraordinario segmento musical asistimos a la formación de la vida en el planeta Tierra desde el origen del Universo hasta la extinción de los dinosaurios.

El ilustrador Robert Sterner realizaba los bocetos preliminares correspondientes a la creación del Universo.

Las pinturas a pastel que Sterner realizó sobre el cataclismo de la creación solamente necesitaron ser traspasadas directamente a la pantalla. Sus placas de lava y las ardientes erupciones fluyen haciendo del tormento de la tierra algo grandioso
(Dick Huemer, animador del Estudio Disney)



Científicos como Edwin Hubbell, Roy Chapman Andrews, Barnum Brown, Charles Robert Knight y Julian Huxley visitaron el estudio de animación para asesorar sobre el diseño de los dinosaurios a los distintos animadores, en particular a Wolfgang Reitherman, a quien le fue asignada la animación del Tyrannosaurus Rex.

Walt le dijo a los dibujantes: ‘No lo animéis como a Pluto o a los enanitos, sino que se mueva como un dinosaurio de verdad’. Ellos dijeron: ‘¿Cómo se mueve un dinosaurio de verdad?’ ¿Quién puede saber eso? Pero lo intentaron una y otra vez hasta dejarlo como debía haber sido
(Frank Thomas, animador del Estudio Disney)


El estudio pudo también contar con la inestimable colaboración del propio Igor Stravinsky, el único compositor contemporáneo entre los elegidos para la película.

“Al observarla, descubrí que cada bello sonido
crea una imagen igualmente bella…”


A modo de Intermedio, aparecía en “Fantasía” un delicioso segmento musical de poco más de dos minutos y medio que nos mostraba, sobre un fondo monocolor, a una distinguida línea blanca, la Banda Sonora quien, orientada por la voz del narrador…




… nos iba mostrando gráficamente la representación visual de los sonidos de diferentes instrumentos musicales como el arpa, el violín, la flauta, la trompeta, el fagot y otros tantos instrumentos de percusión.

Magistral Banda Sonora. Maravilloso José Guardiola. Y mágico, mágico fragmento musical.

Sinfonía No. 6 “Pastoral”, Op. 68
(Symphony No. 6 ‘Pastoral’, Op. 68)
Sinfonía creada entre 1807 y 1808 por el compositor alemán
Ludwig van Beethoven

Este precioso segmento musical fue ideado como una evocación sensual de la mitología clásica.


Nunca habíamos hecho centauros, mitad hombre-mitad caballo. Los machos eran grandes y robustos, muy viriles, pero las chicas… ¿Cómo se une una criatura que por delante es chica y por detrás caballo? ¿Cómo se dibuja la anatomía? ¿Qué se enseña y qué se oculta?
(Ward Kimball, animador del Estudio Disney)




Por vez primera, se les dio completa libertad a los dibujantes del estudio para que utilizaran todos los colores que quisieran tanto en los personajes como en los fondos sin importarles el que se correspondieran o no con la realidad. Esto le imprimió a este segmento musical una encantadora creatividad así como un efecto visual maravilloso.

Danza de las horas de la ópera “La Gioconda”
(Dance of the hours from the opera “La Gioconda”)
Pieza de ballet perteneciente a la citada ópera escrita en 1876
por el compositor italiano Amilcare Ponchielli

La bailarina y actriz Marjorie Belcher hizo de modelo para esta escena junto a otros miembros del ballet ruso. Belcher ya había servido con anterioridad como modelo  del estudio Disney para el  personaje de Blancanieves.



Como coreógrafo para “Fantasía” fue contratado el dibujante y animador húngaro Jules Engel, quien se encargó del asesoramiento de los movimientos de danza y ballet clásico tanto en el segmento de la Danza de las Horas como en el de la Suite El Cascanueces.

Yo dibujé los bocetos preliminares para la coreografía de ambas secuencias, hasta cincuenta ilustraciones para un movimiento de un minuto, que pasaron después por incontables manos (dibujantes de fondos, animadores de personajes, dibujantes intermedios, etc.) antes de que la película terminada pudiera verse en pantalla
(Jules Engel)


Un preliminar storyboard ilustrado por James Brodero y Lee Blair fue la base utilizada por el animador Ken O’Connor para llevar a cabo la escenificación de este magistral corto.

Para mí es una combinación perfecta de música y animación. Tiene una estructura muy sólida y resulta bastante creíble que un enorme hipopótamo baile de puntillas, y su pareja el cocodrilo, tan delgadito él, haga todos esos pasos. Los dibujantes habían visto mucho ballet
(Ward Kimball, animador del Estudio Disney)

Una noche en el Monte Pelado
(A night on Bald Mountain)
Poema sinfónico escrito en 1867 por el compositor ruso Modest Mussorgsky

En la partitura de esta pieza musical, el propio Mussorgsky nos cuenta cómo, durante la Noche de Walpurgis, los espíritus del mal cobran vida y el propio monte se transforma en una fuerza demoníaca, el perverso Chernabog.



El artista danés Kay Nielsen fue contratado por el estudio para crear los distintos fantasmas y espíritus y trabajar junto a Campbell Grant en el storyboard de este impresionante segmento de “Fantasía”.


Disney también contrató al mismísimo Bela Lugosi como modelo para la figura de Chernabog. Sin embargo, los resultados no fueron los deseados para el estudio y fue finalmente Wilfred Jackson, uno de los directores de la película, quien hizo la representación del demoníaco papel para su posterior animación.

Ave María, Op. 52 No. 6
(Ave María, Op. 52 No. 6)
Lied escrito en 1925 por el compositor austríaco Franz Schubert, originalmente como un arreglo de una canción popular del poema épico de Walter Scott “La dama del lago”




Este fragmento animado se planteó con la estructura de un plano secuencia para el que fueron precisos cinco días de rodaje y el uso de una nueva cámara multiplano construída expresamente para esta ocasión.

Las pinturas romanticistas del artista alemán Caspar David Friedrich sirvieron como inspiración a Kay Nielsen, el director artístico de este maravilloso segmento musical que cerraba la película y en el que Julietta Novis era la voz cantante.


En la creación de ‘Fantasía’, la música ha sugerido la atmósfera, el color, el dibujo, la velocidad y el tipo de movimientos de todo lo que aparece en pantalla. Disney y todos nosotros, que hemos trabajado con él, creemos que a toda hermosa composición le corresponden hermosas imágenes visibles. La música está por naturaleza en continuo movimiento, y este movimiento puede sugerir la atmósfera del cuadro que evoca
(Leopold Stokowski)


Cada uno de los animadores que participaron en “Fantasía” tenía en su oficina un tocadiscos en el que escuchaban constantemente las piezas musicales que Leopold Stokowski y The Philadephia Orchestra habían grabado para la película.

Las escuchábamos una y otra vez, y si había un floreo en la música, puede que se nos ocurriera algo. Nos sugería cosas que no nos habían sugerido los guiones, ni siquiera Walt. Pero esto es lo que él espera de los dibujantes: un embellecimiento que fuera más allá de los planes previstos
(Ward Kimball, animador del Estudio Disney)


Entre los miembros de la citada orquesta se encontraba como violinistaPaul J. Smith, compositor fundamental  del Estudio Disney que firmó para éste una larga lista de cortos y largometrajes como “Blancanieves y los siete enanitos”, “Pinocho”, “Los tres caballeros”, “La Cenicienta” o “20.000 leguas de viaje submarino”.

También en la orquesta, pero como percursionista, aparecía James McDonald, elemento artístico fundamental de estos mágicos estudios como experto en efectos de sonido, música y voz.


McDonald fue, además, la voz de Mickey Mouse de 1947 a 1977. Y la de la ardilla Chip, las abejas de “Winnie the Pooh”, los pingüinos de “Mary Poppins”, Pluto, el lobo de “Merlín, el encantador”, el ratoncito del feliz no cumpleaños de “Alicia en el País de las Maravillas”, los cuervos de “Dumbo”, tres de losenanitos de Blancanieves, Gus y Jaques en “La Cenicienta”, los animales de “La bruja novata”… Y los sonidos animales de algunos documentales Disney. Qué delicia.


Producción de Walt Disney y Ben Sharpsteen para la Walt Disney Pictures, “Fantasía” (Fantasia) era estrenada el 13 de noviembre de 1940 en el Broadway Theatre de Nueva York, manteniéndose un año entero en cartel.

Era el mejor sonido y la mejor imagen que habíamos hecho.
Lo mejor que había salido de los Estudios
(Ken Anderson, animador del Estudio Disney)

Leopold Stokowski y William Garity
trabajando en el Fantasound

La idea de Walt Disney era que, desde sus butacas, al escuchar la música, el público sintiera las mismas sensaciones que el propio director de la orquesta. Así que le encargó a William Garity, jefe del Departamento de Sonido del estudio, la creación de lo que más adelante se conocería como Fantasound, un nuevo sistema de sonido que, al grabar la música con varios micrófonos y reproducirla después en igual número de altavoces, conseguía un efecto estereofónico.

El sonido se desplazaba desde el fondo del cine hasta la pantalla en algunas partes. Cuando los personajes se movían por la pantalla, el sonido iba con ellos
(Marc Davis, animador del Estudio Disney)

Tras el estreno de "Fantasía", los críticos cinematográficos la aplaudieron unánimamente pero no así los críticos musicales quienes consideraban todo un atrevimiento por parte de Walt Disney el utilizar a grandes compositores clásicos para sus animaciones.

A Walt le decepcionó muchísimo que ‘Fantasía’ no tuviera éxito porque él sintió que el estilo de ‘Fantasía’ había alcanzado otro nivel en la animación, que había abierto otras nuevas posibilidades con las que se podía jugar”
(Frank Thomas, animador del Estudio Disney)


Fantasía” fue, sin duda, uno de los proyectos más ambiciosos de Walt Disney, quien tenía la sana intención de ir añadiendo a la película nuevos fragmentos musicales en sus posteriores reestrenos. Se llegaron a diseñar posteriormente algunos cortometrajes destinados a tal objetivo pero, dada la irregular primera acogida de la película en los cines, estos cortos fueron  incluídos finalmente en otras producciones del estudio. Tal fue el caso de “Claro de luna” y “Pedro y el lobo” (ambas incluídas en “Música, maestro”) o “El vuelo del moscardón” (incluída en “Tiempo de melodía”). 


Por “Fantasía”, Walt Disney era galardonado en 1940 con un Premio Especial del New York Film Critics Circle. En 1942, por esta misma obra, él y Leopold Stokowski recibían un merecidísimo Oscar Honorífico.

La maestría de Walt Disney en la creación de animaciones pictóricas, llevada al límite. ‘Fantasía’ es caviar en general;
es ambrosía y néctar para la inteligencia
(Edward Schallert, Los Angeles Times)


Walt Disney. El universo animado de los largometrajes 1937-1967
Jorge Font y Olga Mataix. T&B Editores. 2000

Fantasía 2000

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Cuando uno tiene claro sus valores,
tomar decisiones se vuelve más fácil
(Roy E. Disney)


Roy Edward Disney, sobrino de Walt y desde 1954 en la Walt Disney Company, le presentaba a ésta, a mediados de los años 80, un proyecto para dar continuidad a la “Fantasía” creada por su tío.

Proyecto que, en un principio, no vieron factible los entonces dirigentes de la compañía. Pero en 1991 “Fantasía” conseguía un enorme éxito en su edición en video con lo que, finalmente, se le daba vía libre al proyecto de Roy.


En un primer momento, se pensó en respetar tres de los segmentos musicales de  la “Fantasía” de 1940: El cascanueces, La danza de las horas y El aprendiz de brujo. Posteriormente se decidía mantener tan sólo este último y añadir a la película siete nuevos cortometrajes más.

Fantasía 2000” venía firmada en esta ocasión por ocho directores, responsables cada uno de ellos de uno o parte de los distintos segmentos musicales. James Algar, Gaëtan Brizzi, Paul Brizzi, Hendel Butoy, Francis Glebas, Eric Goldberg, Don Hahn y Pixote Hunt… Un excelente trabajo conjunto.

Y, en esta ocasión, se contaba con tan sólo nueve guionistas para desarrollar las diferentes historias que englobaban esta película. Y con cerca de doscientos animadores y asistentes de animación. Maravillosos también.


De las imágenes de acción real era responsable Tim Suhrstedt, en el cine desde 1980 y conocido ya por su trabajo en series de televisión como “Aquellos maravillosos años” o “Picket Fences” y por títulos cinematográficos como “City limits”, “¡Qué ruina de función!” o, tras “Fantasía 2000”, “Pequeña Miss Sunshine”.

"Stokowski fue una persona muy importante para Walt, y su colaboración fue una aportación esencial a la película. Sabíamos que teníamos que encontrar a alguien de la misma talla, que se mostrara igualmente cooperativo y flexible en lo relativo a la utilización de la musica clásica en el formato cinematográfico
(Peter Schneider, hasta entonces presidente de la
Walt Disney Feature Animation)


Para cumplir en “Fantasía 2000” la función que hizo Leopold Stokowski en “Fantasía”, el estudio contrató a James Levine, director de orquesta y pianista que llevaba ya treinta años en el Opera Metropolitan de Nueva York.

No aparecía, sin embargo, en esta película la figura del narrador, sustituído aquí por las distintas presentaciones de los diferentes segmentos musicales a cargo de actores como Steve Martin, James Earl Jones o Angela Lansbury, y otras ilustres figuras como Quincy Jones.

“Hola, soy Roy Disney... Walt quería que ‘Fantasía’ siguiese progresando. 60 años más tarde, ‘Fantasía 2000’ hace realidad su sueño...
En nombre de todos los animadores de Disney, del pasado y del presente, nos enorgullece presentar ‘Fantasía 2000’…”


Sinfonía No. 5, Op. 67
(Symphony No. 5, Op. 67)
Sinfonía creada en 1808 por el compositor alemán Ludwig van Beethoven

Quería que el principio de “Fantasía 2000” fuera una pieza abstracta que condujera al público a la noción esencial de que la música y las imágenes van irremediablemente unidas para crear una experiencia irrepetible
(Roy Disney)




Manteniendo las mismas características que el primer segmento musical de “Fantasía”, esta nueva entrega de piezas musicales comienza con este cortometraje de arte abstracto donde el colorido representa las fuerzas del bien y el negro las del mal.


Pixote Hunt, animador con una amplia experiencia como artista de efectos de tinta y pluma, fue elegido para dirigir este corto.

Cuando escuché la música, me pareció estar escuchando el gran combate entre el bien y el mal. Había un poco de melodía y mucha potencia. Así que pensé en esas formas triangulares para representar las dos partes. Las formas del bien iban a moverse como mariposas, y las formas del mal como murciélagos

Pinos de Roma
(Pines of Rome)
Poema sinfónico escrito en 1924 por el compositor italiano Ottorino Respighi

Inspirada en la nostalgia que Respighi sentía por el paisaje romano, esta pieza musical forma parte de la obra “Trilogía de Roma” que incluye también “Las fuentes de Roma” y “Fiestas romanas”.


Este cortometraje, animado tridimensionalmente por ordenador, era dirigido por Hendel Butoy, a quien esta obra musical le sugirió imágenes de vuelo.

Desde un principio compartí mis pensamientos con Chris Sanders y Brenda Chapman. Brenda esbozó algunas formas que podemos ver en las nubes. Mirando sus dibujos, dije: ‘ahora pon algo que nadie haya visto volando entre ellas’. Chris tomó esta idea y sugirió una multitud de animales que no pueden volar. Era como si cada uno de nosotros descubriera un trozo crucial de un acertijo. Así fue como se nos ocurrió la idea de las ballenas volando
(Hendel Butoy)



Los animadores de este precioso fragmento musical fueron instruídos por varios biólogos marinos expertos en cetáceos sobre la anatomía y forma de moverse de estos animales.

Rhapsody in Blue
Maravillosa composición musical creada en 1924 por el maravilloso compositor estadounidense George Gershwin.

En 1998, Eric Golberg iniciaba su trabajo como animador de este cortometraje, diseñado en un principio como corto independiente que, finalmente, era incluído en “Fantasía 2000”.





Para la animación de este fragmento musical, Eric se inspiró en los diseños del genial caricaturista americano Al Hirschfeld.

Me siento muy orgulloso, honrado e impresionado con lo que han hecho con mis líneas. El Sr. Goldberg ha sabido entender mis dibujos y traducirlos para la animación



En este extraordinario segmento de la película aparecía, además de  Nueva York, un simpático homenaje a la figura de George Gershwin

Sabía que la asociación de Gershwin y Hirschfeld, más el Nueva York de los años treinta, estaba destinada a ser un gran éxito
(Eric Goldberg)

Concierto para piano No. 2, Allegro, Op. 102
(Piano Concerto No. 2, Allegro, Op. 102)
Obra orquestal escrita en 1957 por el compositor ruso Dimitri Shostakovich

Roy Disney tenía esta obra musical como una de sus preferidas, por lo que le pidió personalmente su inclusión en la película a Hendel Butoy, animador y director de este delicioso segmento musical.




A un tiempo que escuchaba por vez primera la música, Butoy hojeaba una nueva edición que el estudio acababa de publicar sobre el cuento de Hans Christian Andersen “El soldadito de plomo”.

Funcionaba increíblemente bien… Era una de esas veces en que todo encaja perfectamente como por arte de magia, desde el primer momento. La música y la historia estaban hechas la una para la otra
(Hendel Butoy)


Michael Humphries, el director artístico de este segmento, se inspiró en las ciudades europeas para crear los exteriores. Por su parte, los interiores estaban basados en las pinturas holandesas del siglo XVII.

“¿Qué es lo que pasaría si diésemos un yo-yo
a una bandada de flamencos?”

El carnaval de los animales, Final
(Carnival of the animals / Le carnaval des animaux, Finale)
Uno de los catorce movimientos de la suite musical escrita en 1886 por el compositor francés Camile Saint-Saëns


En un primer momento, la historia se centraba en unas avestruces jugando al yo-yo. Pero a Eric Goldberg, director de este divertido segmento musical, se le antojaba demasiado similar a “La danza de la horas” de la “Fantasía” de 1940. Así que las avestruces fueron convertidas en unos geniales flamencos de color rosa.




Para los movimientos con el yo-yo, Goldberg le pidió a Mike Gabriel (su compañero de dirección en “Pocahontas”) que le sirviera de modelo mostrando sus habilidades. La mano de Gabriel quedó así transformada en una de las patas del simpático flamenco protagonista.

El aprendiz de brujo
(The Sorcerer’s Apprentice)
Scherzo sinfónico escrito en 1897 por el compositor francés Paul Dukas

Fred Moore, animador especialista en los cortometrajes del famoso ratón, diseñó también los primeros bocetos de Mickey Mouse para “Fantasía”, haciendo sus gestos y muecas más realistas y próximas al espectador.


Los rasgos bien característicos del Mickey Mouse conocido hasta entonces fueron cambiados para su aparición estelar en “El Aprendiz de Brujo”. Su cara, antes de color blanco, pasaba a ser de color crema. Y sus ojos, con anterioridad negros, pasaban ahora a tener las pupilas negras y las córneas blancas.

A Joe Grant le fue asignado el otro personaje de este corto, el Brujo. Los bocetos de Grant de un anciano cejijunto y con largas barbas blancas fueron decisivos…


... para elegir al actor Nigel De Brulier como modelo de este personaje animado, finalmente, por Bill Tytla.




“¡Sr. Stokowski, señor Stokowski! …
Sólo quería darle la enhorabuena, señor”
“Enhorabuena a ti, Mickey”
“¡Caray, gracias! Bueno, tengo que irme… ¡Adiós!”


“Sr. Levine... Bien, todos en sus puestos para el próximo número…”
“Gracias, Mickey”


“Pero no encontramos a Donald... Quédese aquí haciendo tiempo. Enseguida vuelvo”



Pompa y circunstancia, Op. 39. Marchas 1, 2, 3 & 4
(Pomp and circumstance, Op. 39. Marches 1, 2,3 & 4)
Cuatro de las cinco marchas orquestales escritas entre 1901 y 1930 por el compositor británico Edward Elgar



Esta marcha fue propuesta por Michael Eisner, entonces presidente ejecutivo de la Disney, para incluir en la película con un corto del Pato Donald. El animador Francis Glebas, por su parte, buscaba una pieza musical para su idea de un corto sobre el Arca de Noé. Al enterarse de la propuesta de Eisner, todo encajó.

La personalidad del Pato Donald invade la pantalla, aunque no se escuche su característico graznido. No dice ni una sola palabra, pero sigue siendo el mismo Donald de siempre
(Francis Glebas)



Kathleen Battle era la maravillosa soprano de este fantástico segmento musical. 

Suite Pájaro de fuego
(Firebird Suite / 1919 Version)
Ballet escrito en 1910 por el compositor ruso Igor Stravinsky

De gran éxito desde el momento de su estreno, esta pieza musical tenía su base en un cuento de hadas de la tradición rusa.

La idea de la muerte y el renacimiento nos llegó después de escuchar la música. Nos pareció que el propio Stravinsky había pensado en este tema porque la música tiene acentos muy distintos, con ritmos muy fuertes, y otros segmentos muy lentos.
Nos parecía que evocaba el misterio de la vida
(Paul y Gaëtan Brizzi)




Cuando recibieron el encargo de dirigir el segmento musical que cerraría “Fantasía 2000”, los hermanos Paul y Gaëtan Brizzi estaban concluyendo su storyboard para “El jorobado de Notre Dame”.


Roy Disney sugirió la utilización de esta pieza musical y el productor Tom Schumacher propuso una historia en torno a la Naturaleza. Y así fue creado este precioso cortometraje que cerraba la película.


Producida por Donald W. Ernst y, entre otros, Roy Edward Disney para la Walt Disney Feature Animation, “Fantasía 2000” (Fantasia/2000) era estrenada el 17 de diciembre de 1999 en Nueva York. El 1 de enero de 2000 se presentaba de nuevo la película en casi un centenar de salasrepartidas por el mundo entero.

A lo largo de cinco sesiones, James Levine y The Chicago Simphony Orchestra grabaron su banda sonora, entre 1993 y 1996 y en el histórico Medinah Temple de Chicago, a excepción de “Rhapsody in Blue”, que fue grabada en un estudio de la propia compañía Disney.

En 1940, la innovación técnica fue el sistema estereofónico Fantasound. En 1999 lo fueron las salas IMAX, convirtiéndose “Fantasía 2000” en el primer largometraje de animación proyectado en dichas salas.


La película fue premiada con tres Annie Award, galardones que entrega desde 1972 la International Animated Film Association ubicada en Los Ángeles, California. Y la banda sonora fue nominada a un Premio Grammy como mejor album recopilatorio.

Piensa, cree, sueña y atrévete
(WALT DISNEY)


Walt Disney. El universo animado de los largometrajes 1970-2001
Jorge Font. T&B Editores. 2001

Fantasía a toda pantalla

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“Para crear lo fantástico, primero debemos entender lo real”
(Walt Disney)

Alicia en el País de las Maravillas
(Alice in Wonderland(1951) Fantasía de Walt Disney
Yo ni siquiera estaba dormida y me podía haber venido a buscar cualquiera de esos otros alocados personajes. Pero no, me vino a buscar Diana, la más cuerda de todos ellos. Quería que la siguiera… Jamás me he arrepentido, es más, desde esa primera vez he vuelto a ese maravilloso país en incontadas ocasiones… Y sí, siempre voluntariamente.

   Cristal oscuro
(The Dark Crystal(1982) Fantasía de Jim Henson
Con Fizzgig no me hizo falta que me viniera a buscar él, le seguí yo directamente, claro que después de recuperarme del brinco que metí al aparecer él así, tan de repente. Hace bien poco he estado, una vez más, en su maravilloso mundo y creedme si os digo que esta última vez me hubiera quedado allí para siempre.

La princesa prometida
(The princess bride(1987) Fantasía de Rob Reiner
Hace ya unos pocos años, este niño me pidió que le acompañara a ver a su abuelo. Le había contado una historia que yo no me podía perder y estaba seguro de que, si se lo pedía yo, su abuelo nos la volvería a contar. Una preciosa historia sobre una princesa, guapísima ella y además prometida. Estoy deseando encontrarme otra vez con este niño… y con su abuelo.

Pesadilla antes de Navidad
(The Nighmare before Chistmas(1993) Fantasía de Tim Burton
¿Y cómo no iba yo a seguir a semejante personaje? Jack Skellington, me dijo, era su nombre y también que, por cosas de la fantasía, hablaba a través de la voz de Danny Elfman. A mí siempre me ha gustado la música de Elfman. Ah, también me confió que había decidido mejorar la Navidad…

Lady Halcón
(Ladyhawke(1985) Fantasía de Edward Khmara
Al enterarme por el joven Philippe de que esta guapísima mujer llamada Isabeau había sido víctima de un malvado hechizo que la hacía tremendamente desgraciada, no pude por menos que decidirme  a apoyar al muchacho en lo que fuera menester. Un lobo, un halcón, un hombre, una mujer…

La princesa Mononoke
(Mononoke-hime(1997) Fantasía de Hayao Miyazaki
La firme lealtad de San, la princesa Mononoke, hacia la naturaleza, hacia su querido bosque, me fue más que suficiente para querer compartir con ella su historia, su maravillosa historia.

La llave mágica
(The indian in the cupboard(1995) Fantasía de Frank Oz
Yo siempre he ido con los indios, a ver por qué no iba a seguir a éste… De las mejores decisiones que he tomado en mi vida, sobre todo cuando me adentré con él, con Pequeño Oso, en el armario que le habían regalado por su cumpleaños a su amigo Omri. Ahí fue cuando comenzó esta inolvidable y fantástica aventura.

Los mundos de Coraline
(Coraline(2009) Fantasía de Henry Selick
A Coraline es imposible no seguirla. Tendrías que ser nada curioso para dejar que se vaya sin ir tú detrás. Pero nada curioso. Claro que luego has de salvar miles de obstáculos y peligros, pero os aseguro que con ella bien merece la pena correr una aventura tras otra. Hace muy poco que la he conocido, pero ya es de mis preferidas.

Willow
(Willow(1988) Fantasía de George Lucas
El gran Willow, el mago más grande, me maravilló desde un primer momento. Sólo me bastó verle para saber que íbamos a ser siempre grandes amigos, que en la menor ocasión volvería a visitar su pequeño gran mundo.    

La historia interminable
(The neverending story(1984) Fantasía de Wolfgang Petersen
A Bastian me lo encontré tumbado en el suelo terminando de leer un libro. Me esperé pacientemente a que lo acabara, tras lo cual lo cerró y observó de nuevo su portada. Luego se levantó y se acercó a mí, con el libro, sin decir una sola palabra y, dedicándome una sonrisa, me lo entregó.

El libro lo tengo yo ahora en mi mejor estantería. Pero no cerrado. Este libro nunca debe cerrarse del todo…

“La ficción, la fantasía, necesita de la vida”
(Michael Ende)


Para natsnoC…  ¿Y para quién si no?

Jezabel

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El 19 de diciembre de 1933 se estrenaba en Broadway “Jezebel”, obra teatral del dramaturgo americano Owen Davis protagonizada en sus principales papeles por Miriam Hopkins y Joseph Cotten que no tuvo, sin embargo, demasiado éxito llegando tan sólo a las 32 representaciones.

El director alsaciano William Wyler había asistido a una de estas representaciones y le había gustado la obra. Así que no tardó en escribirle al productor Carl Laemmle lo siguiente: “A pesar de las críticas negativas, pienso que tiene excelentes fundamentos para ser una buena película. Habría que desarrollar visualmente algunos hechos o ideas que solamente están en el diálogo y poner algo de acción. Creo que tanto el clímax, como la época o el vestuario añadirían belleza al film”.


William Wyler había debutado tras las cámaras en 1926 y ya nos había dejado títulos como “Fascinación”, “Esos tres”, “Desengaño”, “Rivales” (codirigida con Howard Hawks) o “Calle sin salida”. Y tras “Jezabel”, aún habría de maravillarnos con otros grandes clásicos del cine como “Cumbres borrascosas”, “El forastero”, “La carta”, “La loba”, “Los mejores años de nuestra vida”, “Vacaciones en Roma”, “Horizontes de grandeza”, “Ben-Hur”… Sí, sobran las palabras.

El magnífico guión de “Jezabel”, basado en la ya citada obra homónima de Owen Davis, corría a cargo de Clements Ripley, Abem Finkel y John Huston.


La correctísima fotografía era firmada por el californiano Ernest Haller, a toda pantalla desde 1920 y ya con títulos en su filmografía como “La escuadrilla del amanecer” o “El capitán Blood”. Tras “Jezabel”, Haller nos regalaría también las imágenes de “Lo que el viento se llevó”, “El halcón y la flecha”, “Rebelde sin causa”, “¿Qué fue de Baby Jane?” o “Los lirios del valle”.


Y la preciosa banda sonora nos llegaba a través del maravilloso compositor vienés Max Steiner, en el cine desde 1916 y ya con títulos a sus espaldas como “Ave del paraíso”, “Doble sacrificio”, “King Kong”, “Las cuatro hermanitas”, “La patrulla perdida”, “El delator”, “El pequeño Lord”, “La carga de la brigada ligera”, “La vida de Emile Zola” o “Las aventuras de Tom Sawyer”.

Un clásico del melodrama. Wyler trata el tema con un estilo clásico y contenido que realza el apasionamiento de Davis
(Francisco Marinero, Diario El Mundo)


Bette Davis había debutado como actriz en la película de 1931 “Mala hermana” y ya nos había ofrecido sus más que convincentes interpretaciones en títulos como “Veinte mil años en Sing Sing”, “El bosque petrificado”, “La mujer marcada” o “Kid Galahad”.

Willie me corrigió mis malos hábitos… Cuando me abochornaba, yo sabía que tenía razón. Además, había tratado ya a un montón de directores a quienes la interpretación les importaba un comino, preocupados sólo de cumplir el calendario


Jezabel” suponía su primer trabajo a las órdenes de William Wyler. Como cabía suponer, Bette nos brindaba una perfecta interpretación de Julie, su caprichoso personaje en esta historia. Sencillamente magistral.


En el cine desde 1935, Henry Fonda llevaba ya once títulos a sus espaldas, entre ellos “Canción de amor”, “El camino del pino solitario” o “Sólo se vive una vez”, y ya había dado buena muestra de su enorme profesionalidad como actor.


Con su, en todos los sentidos, correctísimo Preston Dillard, Fonda sumaba otra impecable intepretación a su ya entonces prometedora carrera.


George Brent daba vida a Buck Cantrell. Brent ya había sido visto por el público americano en títulos como “Miss Pinkerton”, “Stamboul Quest”, “El velo pintado” o “Agente especial”.


Donald Crisp era un, cómo no, maravilloso Dr. Livingstone. En la gran pantalla desde1908, Crisp había intervenido ya en infinidad de cortometrajes, en títulos tan fundamentales de la época muda del cine como “El nacimiento de una nación”, “Intolerancia”o “La culpa ajena” y en otros tantos de la ya sonora como “Tierra de pasión”, “Sangre gitana”, “La tragedia de la Bounty”, “María Estuardo”, “La carga de la brigada ligera” o “La vida de Emile Zola”. Todo un clásico de la historia del cine Donald Crisp.

“Pienso en una mujer llamada Jezabel
que hizo el mal a los ojos de Dios”


La paciente y comprensiva tía Belle nos llegaba a través de una exquisita Fay Bainter, extraordinaria actriz teatral que llevaba tan sólo desde 1934 en el cine.


Y Spring Byington interpretaba a Mrs. Kendrick. Byington se dio a conocer en la gran pantalla en 1933 como la madre de “Las cuatro hermanitas”, clásico título cinematográfico al que siguieron otros como “La tragedia de la Bounty”, “Desengaño”, “La carga de la brigada ligera”, “Corsarios de Florida” o “Las aventuras de Tom Sawyer”. Tras “Jezabel”, nos acabaría de conquistar a través de su más reconocido personaje, la entrañable Penny Sycamore, encantadora madre de la maravillosa familia de “Vive como quieras”.


Completaban el excepcional reparto Margaret Lindsay (Amy), Richard Cromwell (Ted), Henry O’Neill (General Bogardus) o Irving Pichel (Huger).


Producida por William Wyler para la Warner Bros. Pictures, “Jezabel” (Jezebel) era estrenada en el Radio Music Hall de Nueva York, hace ya 75 años, el 10 de marzo de 1938La película fue un rotundo éxito de público y agradó a la mayor parte de la crítica cinematográfica.


Bette Davis y Fay Bainter fueron merecidamente galardonadas con sendos Oscar como mejor actriz y mejor actriz secundaria, respectivamente. “Jezabel” fue asimismo nominada en los Premios de la Academia como mejor película , fotografía y banda sonora.

El primer día de rodaje y por indicación de William Wyler, Bette Davis tuvo que repetir unas 47 veces (se dice pronto) una misma escena, bastante corta y aparentemente fácil. Davis cumplió como buena profesional que era pero luego exigió ver proyectadas estas tomas y que Wyler le explicara qué no había hecho bien. Tras verlas, comprobó por sí misma que, no sólo había diferencias entre ellas en cuanto a su interpretación sino que, además, era precisamente en la última donde se mostraba más natural.


 


El ya clásico baile de “Jezabel” no tenía apenas importancia en la obra teatral de origen y, en un principio, tan sólo ocupaba unas pocas líneas del guión cinematográfico. William Wyler, sin embargo, se dio cuenta de la importancia de dicha escena en el desarrollo de la historia y le dedicó nada menos que cinco días de rodaje, resultando finalmente una de las más extraordinarias escenas de la historia del cine.

’Jezabel’ queda lejos de la usual historia romántica sureña. Es un penetrante estudio de caracteres en un ambiente cuya belleza superficial no anula su autenticidad y solidez esenciales
(James Shelley Hamilton en la revista National Board of Review)

¡Felices 80, Michael Caine!

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Desde La Gran Pantalla hoy te felicito, Michael, por tu 80 aniversario. Y por tu enorme maestría como actor de drama, como actor de comedia, como actor principal, como actor secundario…


Te felicito por debutar en el mismo año de 1956 en la gran pantalla con “Sailor beware” y en la pequeña con la serie “The adventures of Sir Lancelot”. Y por seguir de manera constante en ambos medios…



… hasta darte ya a conocer a través de tus dos primeros personajes importantes: el teniente Gonville Bromhead en la correctísima “Zulú” (1964) y el agente Harry Palmer en “Ipcress” (1965), personaje este último que volverías a interpretar más adelante en “Funeral en Berlín” (1966) y en “Un cerebro de un billón de dólares” (1967).


Te felicito, lo más efusivamente que puedas imaginar, por tu impecable, extraordinaria, magistral composición en “Alfie” (1966). Qué maravilla de película, qué maravilla de guión, qué maravilla de personaje… Y qué lujo de interpretación la tuya.


Por tu excelente Charlie Croker de “Un trabajo en Italia” (1969)…



… tu líder de escuadrón Canfield en “La batalla de Inglaterra” (1969), tu oficialHearne en “Comando en el mar de China” (1970)…



… por tu capitán en la preciosa “El último valle” (1971) y por tu Jack Carter de “Asesino implacable” (1971).


Te felicito por tu espectacular Milo Tindle en “La huella” (1972). Y por formar aquí una de las más inteligentes parejas de personajes cinematográficos con ese otro monstruo llamado Laurence Olivier.


Por tu maravilloso Peachy Carnehan en “El hombre que pudo reinar” (1975). Y por formar aquí una de las más fabulosas parejas cinematográficas con ese otro elemento llamado Sean Connery.



Por tu coronel Steiner en “Ha llegado el águila” (1976) y por tu teniente coronel Vandeleur en “Un puente lejano” (1977)…


… por tu Sidney Cochran en la divertida “California Suite” (1978), junto a una espléndida Maggie Smith…


…por tu capitán John Colby en la genuina “Evasión o victoria” (1981)…


… y por tu Dr. Frank Bryant en “Educando a Rita” (1983), según cuentan, tu interpretación favorita de toda tu carrera, de la que te sientes más orgulloso. Y no es para menos.


Te felicito por tu también excepcional interpretación en “Lío en Río” (1984). Divertidísima, y cómo no siendo de Stanley Donen.


Y por tu impecable Elliot de “Hannah y sus hermanas” (1986), papel que parecía realmente escrito para ti.


Por tu otro Elliot de “Dulce libertad” (1986), junto a una guapísima Michelle Pfeiffer…




… por tu Sam Bulbeck en “La calle de la Media Luna” (1986), tu John Preston en “El cuarto protocolo” (1987) y tu Frank Jones en “La sombra del delator” (1987).



Por tu Inspector Jefe Abberline en el telefilm “Jack el destripador” y tu Sherlock Holmes en el largometraje “Sin pistas”, ambas de 1988.


Te felicito también por tu extraordinario Lloyd Fellowes en “¡Qué ruina de función!” (1992). Otra película redonda, otro guión de lujo… y otra interpretación memorable por tu parte.


Y por tu maravilloso Ebenezer Scrooge en “Los Teleñecos en Cuento de Navidad” (1992).



Por tu Ray Say en “Little voice” (1998) y tu Dr. Wilbur Larch en “Las normas de la casa de la sidra” (1999)…



… por tu Billy “Shiner” Simpson en “Shiner” (2000) y por tu intervención, en ese mismo año, en “Get carter” (remake de tu “Asesino implacable”) donde dabas vida a Cliff Brumby.


También te felicito por tu sensacional Thomas Fowler de “El americano impasible” (2002)…


… y por tu más que entrañable Garth en “El secreto de los McCann” (2003). Y por formar aquí una maravillosa pareja de hermanos con Robert Duvall. Vaya dos.




Por tu Alfred en “Batman begins” (2005) y, más adelante, en “El caballero oscuro” (2008) y “El caballero oscuro: la leyenda renace” (2012), tres títulos firmados por Christopher Nolan.



Por tu Robert Spritzel en “El hombre del tiempo” (2005) y tu Cutter en “El truco final (El prestigio)” (2006). Dos memorables interpretaciones tuyas como actor de reparto.


Te felicito además por atreverte a participar en “La huella” (2007), remake del genial clásico  homónimo pero en esta ocasión haciendo el papel de Andrew Wyke y con Jude Law como Milo Tindle. Curiosamente, Jude había protagonizado en 2004 un remake de “Alfie”.


Por tu Miles en “Origen” (2010), de nuevo a las órdenes de Christopher Nolan…



… y por prestarles en 2011 tu voz a Lord Redbrick en “Gnomeo y Julieta” y a Finn McMissile en “Cars 2”.


Muchas felicidades por esos dos Oscar de la Academia como mejor actor secundario que bien mereciste por tus magníficas interpretaciones en “Hannah y sus hermanas” y “Las normas de la casa de la sidra”. Y por esas otras cuatro nominacionescomo actor principal por “Alfie”, “La huella”, “Educando a Rita” y “El americano impasible”.

¿Por qué te dan el Oscar cuando apareces como actor secundario y no cuándo apareces como actor principal? Y voy más allá… ¿Cómo es que no te lo han dado por “La huella”? ¿Y por “Alfie”?


Muchísimas felicidades por ser así de grande y por llamarte en la vida real Maurice Joseph Micklewhite, sí, Micklewhite, como la ilustre tienda que aparece en “Los Teleñecos en Cuento de Navidad”. 

Y, Michael, muy felices 80.

Don José, Pepe y Pepito

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El abuelo Pepe, el hijo José, el nieto Pepito…. Y Francis, la americana.


La obra teatral de Juan Ignacio Luca de TenaDon José, Pepe y Pepito”, comedia en tres actos estrenada en el Teatro de Lara de Madrid el 7 de noviembre de 1952, era llevada a la gran pantalla en 1961 a través de una adaptación cinematográfica de Clemente Pamplona y un guión literario de Jesús Vasallo, Federico Muelas y Francisco Abad.


Don José, Pepe y Pepito” era dirigida por el propio Clemente Pamplona, cineasta turolense desde 1950 a toda pantalla, primero como guionista de títulos como “Cerca del cielo”, “Dos caminos”, “Los ases buscan la paz” o “Pasión en el mar” y, más adelante, como director de otros como “Farmacia de guardia”, “Pasos de angustia”, “Kilómetro cero”, “Historia de un hombre” o “La chica del gato”.

De las imágenes de la película se encargaba Manuel Merino, quien ya llevaba a sus espaldas la fotografía de otros títulos cinematográficos como “Recluta con niño”, “El fotogénico”, “El maestro”, “Luna de verano”, “Los tramposos” o “Trío de damas”.


La banda sonora nos llegaba a través de Antón García Abril, maravilloso compositor también turolense que había firmado ya las bandas sonoras de “Muchachas de azul”, “El aprendiz de malo”, “Ana dice sí”, “Los tramposos”, “La fiel infantería” o “Los económicamente débiles”.


Y disfrutábamos de manera especial con los títulos de crédito iniciales de esta película a través de Antonio Mingote, quien anteriormente había asomado ya sus dibujos a la gran pantalla en otro título cinematográfico, “Los maridos no cenan en casa” y tras “Don José, Pepe y Pepito” nos seguiría deleitando con sus inconfundibles y geniales ilustraciones. Tremendamente grande Mingote.

“Abuelo y nieto siempre tan graciosos…”


Antonio Casal era para nosotros Don José Quiroga, el correcto hijo. En el cine desde 1941, Antonio ya había sido visto en películas como “El hombre que se quiso matar”, “Huella de luz”, “La torre de los siete jorobados”, “Botón de ancla”, “Doña Francisquita”, “Manolo, guardia urbano”, “Las chicas de la Cruz Roja” o “El día de los enamorados”.

“Ay, quince años menos y ni tú ni el mocoso ése
me la quitábais… Con la clase que yo tengo”


Manolo Morán daba vida a Pepe Quiroga, el genuino abuelo. En el cine desde 1939, este entrañable actor madrileño ya había aparecido, entre muchos otros títulos, en “Los últimos de Filipinas”, “El destino se disculpa”, “Balarrasa”, “Así es Madrid”, “El diablo toca la flauta”, “Once pares de botas”, “Recluta con niño”, “Manolo, guardia urbano” o “La vida alrededor”.

“Un día empiezas a mirar a una muchacha y notas como si por dentro se te fuese cambiando
el corazón, la cabeza… Y ya está”


Y a través de Jorge Vico conocíamos al nieto, Pepito Quiroga. Jorge debutaba a toda pantalla en 1954, dirigido por Luis García Berlanga, en la divertidísima “Novio a la vista” y ya había aparecido también en otros tres títulos antes que en "Don José, Pepe y Pepito".


Ana Esmeralda  era Francis, la presidenta de la compañía americana Francis Grey. En el cine desde 1948, había sido ya vista en  títulos como “El amor brujo”, “Lola, la piconera” o “El vagabundo y la estrella”.

“Ya te dije que cuando me subo al caballo
no hay quien me apee…”


José Isbert nos daba a conocer al singular Marcelo. En el cine desde 1919, Isbert llevaba ya detrás una larga serie de títulos cinematográficos entre los que se encontraban “Alma de Dios”, “Ella, él y sus millones”, “Dos cuentos para dos”, “Bienvenido, Mr. Marshall”, “Así es Madrid”, “Un día perdido”, “Historias de la radio”, “La pícara molinera”, “Mi tio Jacinto”, “Los ladrones somos gente honrada”, “Calabuch” o “Manolo, guardia urbano”.

“¿Y yo qué sé qué Don José es? En esta casa todos son Don Josés y Quirogas”


Y María Isbert daba vida a la doncella de la familia Quiroga. María ya había aparecido en la gran pantalla en títulos como “Ella, él y sus millones”, “Dos cuentos para dos”, “Botón de ancla”, “Los ladrones somos gente honrada”, “Un rayo de luz” o “El cochecito”.

Completaban el reparto, entre otros, Lucía Prado (Anita), Ángel Ter (Percy), Laura Granados (María) o Matilde Muñoz Sampedro, Milagros Leal y María Bassó como las tres viudas de Rodríguez.


Producción de Fernando Jiménez Varela y Miguel Mezquiriz para Producciones Mezquiriz, “Don José, Pepe y Pepito” era estrenada el 2 de abril de 1961.


Feliz día a quien le corresponda por nombre o por paternidad.
O por ambas cosas.

Sonrisas entre toma y toma

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“Empieza cada día con una sonrisa y manténla todo el día”
(W. C. Fields)


Director y actor, Frank Capra y James Stewart, en el set de rodaje de “Caballero sin espada” (1939). Un año antes ya habían trabajado juntos en “Vive como quieras” y en 1946 volverían a coincidir en “¡Qué bello es vivir!”.


Humphrey Bogart y Raoul Walsh intercambiando impresiones, y sonrisas, durante el rodaje de “El último refugio” (1941). Walsh también había dirigido a Bogart en su título anterior, “La pasión ciega”.


Un sonriente descanso en el rodaje de “Por quién doblan las campanas” (1943). Ingrid Bergman, Katina Paxinou y Gary Cooper junto a Sam Wood, director de este mítico título de la gran pantalla.


Walter Huston (Doc Holliday) y Thomas Mitchell (Pat Garrett), vaya dos,
en el set de rodaje de “El forajido” (1943).


Tres grandes estrellas cinematográficas: Charles Boyer, Ingrid Bergman y Joseph Cotten en un descanso entre toma y toma
de “Luz que agoniza” (1944).


Gary Coooper entre los directores Sam Wood y Cecil B. DeMille en el set de rodaje de “Los inconquistables” (1947), clásico del cine dirigido por DeMille.  


Cuatro sonrisas de lujo: Vivien Leigh, Marlon Brando, Kim Hunter y Karl Malden, en un descanso en el rodaje de “Un tranvía llamado deseo” (1951).


En el set de rodaje de “Carrie” (1952), Laurence Olivier, su protagonista masculino... Elegante incluso sin arreglar.


La encantadora Audrey Hepburn junto a William Holden, compañero de reparto, y Billy Wilder, el director, en un divertido descanso
en el rodaje de “Sabrina” (1954).


Durante el rodaje de “Sayonara” (1957), otro divertido momento protagonizado esta vez por Marlon Brando y James Garner.


Sonriente optimismo al menos entre toma y toma de “La hora final” (1959). Fred Astaire, Ava Gardner, Gregory Peck y Stanley Kramer, el director.


La siempre maravillosa sonrisa de Gregory Peck en el set de rodaje
de “Los cañones de Navarone” (1961).


Joan Crawford y Bette Davis limando asperezas entre escena y escena
de “¿Qué fue de Baby Jane?” (1962).


En el set de rodaje de “No me mandes flores” (1964), Rock Hudson, Doris Day y Tony Randall, tres nombres de la comedia americana que ya habían coincidido antes en “Confidencias a medianoche” y “Pijama para dos”.


La fabulosa sonrisa de Bert durante el rodaje de “Mary Poppins” (1964).
Mágico Dick Van Dyke.


El director Otto Preminger entre sus dos protagonistas en “La noche deseada” (1967), Jane Fonda y Michael Caine, dos ya prometedoras estrellas cinematográficas.


Henry Fonda y James Stewart demostraban su incondicional amistad en el set de rodaje de “Los malvados de Firecreek” (1968) a pesar de su enfrentamiento en la historia que contaba esta película.


Michael Caine y Peter Collinson durante el rodaje de “Un trabajo en Italia” (1969), sin duda el título más conocido de este director británico.


En el set de rodaje de “One more time” (1970), título en el que Jerry Lewis dirigía a dos grandes amigos suyos, Peter Lawford y Sammy Davis, Jr.


Clint Eastwood y Geraldine Page en un momento de relax
durante el rodaje de “El seductor” (1971).


Tres grandes de la gran pantalla clásica, Laurence Olivier, Katharine Hepburn y George Cukor, en un descanso en el rodaje de “Amor entre ruinas”, preciosa historia hecha para la televisión por la que los tres fueron galardonados con un merecidísimo Premio Emmy


Durante el rodaje de “Un cadáver a los postres” (1976), Neil Simon, extraordinario autor del guión en el que se basa esta divertidísima película, y Peter Sellers, uno de los geniales integrantes del reparto.


Robert Benton y Paul Newman en el set de rodaje de “Al caer el sol” (1998). Director y actor habían ya coincidido, cuatro años atrás, en “Ni un pelo de tonto”.


Michael Caine, Morgan Freeman y Liam Neeson tras finalizar el rodaje de “Batman begins” (2005). Qué les estará contando Caine…


Y aquí me quedo, en el set de rodaje de “El mejor” (1984), con mi sonrisa favorita del cine, bueno, mi sonrisa favorita y punto. Ay, Redford

El Gatopardo

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En 1954, Giuseppe Tomasi di Lampedusa comenzaba a escribir la que iba a ser su única novela, “Il Gatopardo”...


… obra que finalizaría en 1957 pero que no sería publicada hasta un año después, tras el fallecimiento del escritor siciliano.  


En 1963, Luchino Visconti adaptaba magistralmente esta novela a la gran pantalla. El excepcional director milanés había debutado en 1943 detrás de las cámaras con “Ossessione” y ya nos había dejado otras maravillas como “Bellísima”, “Senso”, “Rocco y sus hermanos”... Un auténtico maestro del cine.

El guión de “El Gatopardo” venía firmado por Suso Cecchi D’Amico, Pasquale Festa Campanile, Enrico Medioli, Massimo Franciosa y el propio Luchino Visconti.


La extraordinaria fotografía era obra de Giuseppe Rotunno, en el cine desde 1955 y ya con títulos como “Pan, amor y…”, “La gran guerra”, “La hora final”, “Rocco y sus hermanos” o “Crónica familiar”.

Completaban la buena factura de la película el maravilloso diseño de vestuario de Piero Tosi (quien ya había trabajado con Visconti en “Bellísima”, “Senso” o “Rocco y sus hermanos”), la exquisita escenografía de Mario Garbuglia, el acertado montaje de Mario Serandrei


Y una preciosísima banda sonora compuesta por un extraordinario Nino Rota en la que, además de su maravilloso tema principal, podíamos disfrutar tanto de una polka como de una mazurca, un vals, una quadriglia, un galop... e incluso de un arreglo del propio Rota del “Valzer brillante” de Giuseppe Verdi. Lo dicho, una auténtica delicia musical esta banda sonora.

Obra maestra, profunda reflexión de la decadencia y una de las películas más importantes y alabadas de Luchino Visconti
(Miguel Ángel Palomo, Diario El País)

Para dar vida a Don Fabrizio, personaje principal de esta película, Visconti quería a Laurence Olivier, pero los productores de la misma preferían una estrella de cine con mayor influencia en la taquilla. La Fox le dio entonces a elegir entre Anthony Quinn, Spencer Tracy y Burt Lancaster, actor este último por el que finalmente se decidió el cineasta italiano tras verle en “Vencedores o vencidos”. Lancaster volvería a trabajar más adelante con Visconti en “Confidencias” (1974).


Burt Lancaster era, pues, Don Fabrizio, príncipe de Salina. Burt había debutado en el cine en 1946 con “Forajidos” y ya llevaba tras de sí, entre otros muchos títulos, “El halcón y la flecha”, “El temible burlón”, “De aquí a la eternidad”, “Su majestad en los mares del sur”, “Veracruz”, “Trapecio”, “Duelo de titanes”, “Mesas separadas”, “El fuego y la palabra” o “El hombre de Alcatraz” antes de su correctísima composición en “El Gatopardo”.

Warren Beatty y Horst Buchholz fueron considerados para el papel del joven Tancredi, pero ambos rechazaron la oferta.


Y así le llegó la oportunidad de interpretar a Tancredi Falconeri, sobrino del príncipe, a Alain Delon, en la gran pantalla desde 1957 y ya conocido por títulos cinematográficos como “A pleno sol”, “Rocco y sus hermanos”, “El eclipse” o “Gran jugada en la Costa Azul”.



Una espectacular y guapísima Claudia Cardinale daba vida aAngélica, la hija de Calogero Sedara. Claudia llevaba asomándose a la gran pantalla desde 1958 y contaba ya tras de sí con maravillosos títulos del cine italiano como “Rufufú”, “Un maldito embrollo”, “El bello Antonio”, “Rocco y sus hermanos”, “La chica con la maleta” o “Fellini 8 1/2”.


El extraordinario Paolo Stoppa era para nosotros Don Calogero Sedara. En el cine desde 1934, Stoppa ya había sido visto en una larguísima lista de clásicos cinematográficos entre los que se encontraban “Milagro en Milán”, “El enemigo público número 1”, “La bella campesina”, “Mi tío Jacinto”, “Los jueves, milagro”, “Cartago en llamas”, “Rocco y sus hermanos” o “El juicio universal”.


Completaban el reparto Romolo Valli (Padre Pirrone), Rina Morelli (Princesa Maria Estella de Salina), Giuliano Gemma (General de Garibaldi), Pierre Clementi (Francesco Paolo), Giovanni Melisenda (Don Onofrio Rotolo)…


Lucilla Morlacchi como Concetta y un jovencísimo Terence Hill, que aquí aparecía con su nombre auténtico, Mario Girotti, en el papel del Conde Cavriaghi.  Mario había debutado a toda pantalla, y con catorce años, en 1953 y tras él llevaba ya 27 títulos cinematográficos entre los que se encontraban “Prisionero del mar”, “Aníbal” o “Cartago en llamas”. En 1967, ya como Terence Hill, rodaba “Dios perdona… ¡Yo no!”, spaguetti western en el que coincidía por vez primera con Bud Spencer. El resto forma parte ya de la historia del cine.


Producción de Goffredo Lombardo para la 20th Century Fox, “El Gatopardo” (Il Gattopardo) era estrenada en Italia, hace hoy ya 50 años, el 28 de marzo de 1963.

Nominada al Oscar al mejor diseño de vestuario, obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes y el David di Donatello a la mejor producción, compartiendo este último galardón con la película italofrancesa “Dos son culpables”.


Asimismo, Alain Delon fue nominado en los Globos de Oro como mejor actor promesa.

El Gatopardo” fue rodada durante once de las semanas más calurosas del año. Cambiándose las velas a cada hora y reponiéndose a diario las flores de los salones…



... el rodaje de las escenas de baile comenzaba a media tarde y duraba hasta el amanecer. Un buen número de los extras que intervinieron en dichas escenas eran los reales herederos de la aristocracia siciliana que presentaba la película.


Una gran obra cinematográfica. Y es que estamos hablando de todo un maestro, Luchino Visconti, el director más artístico de toda la historia del cine.

Un maestro dirige, organiza los elementos hasta conseguir un todo coherente… Maestro también significa profesor, pero yo no doy clases a aquellos con los que trabajo, aunque espero que el público aprenda algo
(Luchino Visconti)

Martin and Lewis

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Hola,Jerry, un placer verte asomar una vez más por aquí. Sí, eso, celebramos hoy el cuarto aniversario de La Gran Pantalla. Así que puedes empezar cuando quieras…
                                                          
Tenía el cabello oscuro y rizado y los ojos azules; su cara no tenía más defecto que la señal reciente de una cicatriz quirúrgica. Cuando lo miré de pies a cabeza me di cuenta de que era un tipo totalmente en technicolor. ¡Y qué zapatos! Su piel, roja, brillaba bajo las luces del vestíbulo. Y mientras miraba a aquel magnífico desconocido, de una apostura sensacional, me vi a mí mismo como un patito que chapoteaba lejos, muy lejos de él...

Viste por vez primera a Dean Martin a principios de 1946 en el vestíbulo del Belmont Plaza Hotel de Nueva York, donde pasabas unos días con tu mujer Patti y tu hijo Gary. Y una mañana de marzo de ese mismo año fuisteis, finalmente, presentados…


Nos despedimos dándonos la mano y pensé que aquélla sería la última vez que veía a Dean. Era como un Adonis, mientras que yo apenas pesaba cincuenta y ocho quilos  y todavía estaba combatiendo el acné. No daba la talla; con mi ropa, mi camiseta y mis tirantes, que mantenían los fondillos de los pantalones a diez centímetros de los zapatos… Con tacones medía cinco centímetros más. Tenía en el pelo la gomina suficiente para engrasar todas las sartenes de casa Hanson

En julio de ese mismo 1946 te dirigiste a Atlantic City para actuar en el 500 Club, un garito propiedad de Paul “Skinny” D’Amato donde sólo actuaban cómicos y cantantes desconocidos. Y allí te enteraste de que Skinny buscaba un cantante para suplir a otro de muy dudosas cualidades.

Pensé en Dean. Fue así, espontáneo, sin esforzarme. Nos escribíamos de vez en cuando. Su última postal había llegado desde Chicago…"

Skinny llamó por teléfono a Lou Perry, el representante de Martin. Al día siguiente, Dean llegaba a Atlantic City y, aquella misma noche, ofrecía allí su primera actuación cantando cinco piezas. Después salías tú con tu número de música pregrabada, pero Skinny quería que Dean y tú actuárais juntos y…


El siguiente número empezó. El público se puso en pie. Los cuatro. Literalmente una audiencia de cuatro personas… Hicimos un espectáculo de tres horas. Jugamos con unos platos que se rompieron e intentamos algunos golpes de efecto. Yo dirigí a la orquesta, de tres miembros, con un zapato, quemé sus partituras, di saltos, correteé entre las mesas, me senté con los clientes y no dejé de hablar mientras Dean seguía cantando… Las dos parejas que había en la sala se morían de risa. Miré a Dean y pensé que en aquella sala habíamos empezado a comernos el mundo.

Pronto alquilaste una máquina de escribir para dar forma al número y, a las tres noches de empezar, comenzaron a formarse largas colas…

Durante el fin de semana las colas iban más allá de la acera. De modo que Skinny D’Amato nos subió el sueldo a 750 dólares y nos hizo un contrato por cuatro semanas. Entonces, gente de todas partes del país solicitó reservas; algunos estaban dispuestos a pagar cualquier precio por una mesa cercana al escenario. La prensa les ayudó a abrir el apetito… Todos predecían que seríamos el hallazgo cómico del año.

Y así fue. A partir de entonces fuisteis de club en club. Y de éxito en éxito.


En 1948 tuvisteis vuestro debut televisivo como Martin y Lewis en un episodio de “Toast of town”, programa musical presentado por Ed Sullivan, y en un episodio de “Welcome aboard”, programa de variedades en el que también aparecía el actor y cómico estadounidense Phil Silvers.

Y en cuanto al cine, todo empezó la noche de estreno en el Slapsie Maxie’s de Hollywood…

Diez minutos antes de empezar: Dean y yo, desde detrás del telón, observamos la sala; ¡y qué sala! El fabuloso espectáculo del todo Hollywood, toda la estancia llena de elegancia y de buen gusto… Cary Grant y Joan Crawford charlan en una mesa, Humphrey Bogart entra diciendo: ‘¡Tengo una reserva!’, mientras Edward G. Robinson está tan tranquilo ante Bette Davis, que le pide indignada que se largue de su mesa. Y allí están Ronald Reagan con Jane Wyman, Jimmy Stewart, la figura esbelta de Gary Cooper en una mesa muy cerca del escenario… Reconocí también a productores como Sam Goldwyn, Darryl Zannuck, Jerry Wald… ¡y Hal Wallis!


Hal Wallis, quien ya os había visto anteriormente en el Copacabana de Nueva York y que firmaría ahora con vosotros un contrato a largo plazo de siete películas en un período de cinco años a cien mil dólares la película, permitiéndoos además hacer una por vuestra cuenta una vez al año.


Vuestro debut en la gran pantalla fue en 1949 a través de “Mi amiga Irma” (My friend Irma) y bajo la dirección de George Marshall…

Primero tuvimos que hacer una serie de pruebas cinematográficas. Dean, en el papel de Steve, el elegante y seductor propietario de un puesto de zumos de naranja, se ajustaba perfectamente. En cuanto a mí, tenía que meterme en la piel de Al, un tipo chistoso y fanfarrón de los que se encuentran en las carreras de caballos. Me puse a luchar con el guión, pero cuanto más me esforzaba, más frustrante era el resultado. Yo no era Al, y era perfectamente consciente de ello…

Al ver las pruebas en la sala de proyecciones, pudisteis comprobar que, efectivamente, tú no encajabas en absoluto con tu personaje. Así que al día siguiente fuiste a ver al guionista Cy Howard, creador del original radiofónico de “My friend Irma” y, en un par de horas, teníais creado un nuevo personaje para ti que recibió el nombre de Seymour.


Y Seymour era el mismo muchacho que Hal Wallis había visto en el Copa, el mismo que Cy Howard y George Marshall habían visto en el Slapsie Maxie’s… Y así fue como el asunto empezó a funcionar. Me interpreté a mí mismo en el papel de un muchacho con la edad mental de un crío de nueve años. Y a partir de entonces tal fue casi siempre, con algunas excepciones, mi papel en la pantalla

Antes de vuestro siguiente título cinematográfico, Dean y tú aparecísteis juntos en “Screen the snapshots: Meet the winners”, cortometraje de 1950 presentado por Bob Hope



… Y en ese mismo año de 1950 otros dos largometrajes: “Mi amiga Irma va al Oeste” (My friend Irma goes West), donde Dean y tú repetíais los mismos personajes de Steve y Seymour, respectivamente, pero esta vez dirigidos por Hal Walker; y “Vaya par de soldados” (At war with the Army) (1950), también bajo las dirección de Walker.


Rotundo éxito en el cine, en la radio, en los clubs nocturnos, estadios y auditorios de una punta a otra del país… Y en la televisión, al firmar un contrato para la temporada de otoño-invierno de 1950-1951 para The Colgate Comedy Hour de la NBC, contrato que luego se alargaría hasta 1955.

El 2 de mayo de 1954, aparecíais en The Colgate Comedy Hour acompañando a The Treniers y su “Rock is our business”, tema inspirado en el “Rhythm is our business” de Jimmie Lunceford de los años 30.


A principios de los años cincuenta todos los días eran como el día de la fiesta nacional, con fuegos artificiales por todas partes; aquello era irreal, sobrecogedor y enloquecido. ¡Y la ‘Colgate Comedy Hour’ era eso y más!

En 1955 nos presentábais también en The Colgate Comedy Hour, genialmente acompañados por The Norman Luboff Choir, “Sometimes I’m happy (Sometimes I’m blue)", canción escrita en 1927 por Vincent Youmans e Irving Caesar.


Los ensayos se sucedían a un ritmo vertiginoso, de lunes a sábado, todo el día y parte de la noche, casi sin tiempo para tomarse un descanso en el cuarto de baño o salir corriendo a tomar algo al Stage Delicatessen de la Séptima Avenida

Y el 18 de septiembre de 1955, The Colgate Comedy Hour os presentaba de nuevo acompañando esta vez a Freddie Bell and The Bellboys y entonando el extraordinario “Shake a hand” escrito en 1953 por el trompetista Joe Morris. En ese mismo programa, Dean y tú nos deleitábais también con vuestra versión del “Side by side” compuesto en 1927 por Gus Kahn y Harry M. Woods.


Cuando llegaba la hora de acostarse me iba a mi suite del Essex House, cansado como un minero, y sólo prestaba atención a los mensajes telefónicos importantes

A un tiempo continuábais en la gran pantalla sumando nuevos títulos cinematográficos…



En el plazo de quince meses habíamos rodado ‘That’s my boy’ y “The Stooge”, estábamos trabajando en otra película titulada ‘Sailor beware’ y pronto empezaríamos con ‘Jumping Jacks’. Siempre la misma fórmula, la misma estructura cómica



Tras ser dirigidos en 1953 por George Marshall en “Una herencia de miedo” (Scared stiff), Dean y tú volvíais a coincidir ese mismo año, y bajo las órdenes de Norman Taurog, en “¡Qué par de golfantes!” (The Caddy), entretenido largometraje en el que el que Dean y tú dábais vida, respectivamente, a Joe Anthony y Harvey Miller, Jr.


Después llegaba “El jinete loco” (Money from home), también a las órdenes de George Marshall. Ya en 1954, “Viviendo su vida” (Living it up), compartiendo cartel con Janet Leigh, Edward Arnold y Sig Ruman y de nuevo dirigidos por Norman Taurog; y “3 Ring Circus” a las órdenes de Joseph Pevney.




En 1955 tres títulos más: “Un fresco en apuros” (You’re never too young), una vez más dirigidos por Norman Taurog; “Artistas y modelos” (Artists and models), bajo las órdenes de Frank Tashlin; y “Juntos ante el peligro” (Pardners), de nuevo con Norman Taurog como director.


Finalmente, en 1956, rodábais vuestra última película juntos, “Loco por Anita” (Hollywood or bust) compartiendo aquí cartel con la mismísima Anita Ekbert, quien acababa de rodar “Guerra y paz” pero aún le quedaban cuatro años para ser mundialmente famosa por su papel de Sylvia en “La dolce vita”. En este último título de vuestra carrera cinematográfica conjunta érais dirigidos, de nuevo, por Frank Tashlin.

Tashlin era un tipo enorme que desplazaba lentamente la masa de su cuerpo de un lado a otro, mientras que su cerebro se movía a una velocidad vertiginosa. Su conocimiento del género cómico sobrepasaba con mucho el de cualquier director con el que yo hubiera trabajado. Lo que aprendí de él no tiene precio, pues no existe en el mundo universidad en que se enseñe a tener ocurrencias divertidas

Tras este título cinematográfico tan sólo quedaron ya algunos compromisos que cumplir, incluídas dos semanas en el Copacabana, vuestras últimas actuaciones juntos…




Pero a nosotros nos quedarán siempre vuestras canciones, vuestras películas, vuestras actuaciones. Y la genial profesionalidad de una extraordinaria pareja de artistas mundialmente conocida como Martin and Lewis.

Dean era el mejor comparsa de la historia del mundo del espectáculo. Su sentido del tiempo y de la oportunidad era perfecto, infinito, y tan frágil que casi parecía que no hiciera nada. Y ahí, precisamente, estaba la magia que da forma y sustancia a la actuación. Eso era lo que hacía que Martin y Lewis funcionaran. La verdad es que yo jamás lo hubiera hecho tan bien con cualquier otro

Precioso, Jerry. Un honor y todo un lujo que hayas estado con nosotros una vez más. Mil gracias y hasta la próxima.


Jerry Lewis por Jerry Lewis. Memorias. Parsifal Ediciones. 1983

Los Goonies

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Ellos venían con grandes ideas y yo era el primero en oírlas. Tuvimos mucha improvisación, eran capaces de meterse en sus personajes y se convertían en un grupo unido…

Richard Donner (y Steven Spielberg) escuchando las grandes ideas
de los “goonies” Jeff Cohen y Ke Huy Quan

… Eran maravillosos. Ellos empezaron a ser esas personas. Había ocasiones que parecía que no estábamos trabajando. Si eso no sucedía en ellos de forma instintiva, sabía que algo estaba mal 


A mediados de los años 80, Richard Donner se ponía detrás de la cámara para dirigir con absoluta maestría “Los Goonies” (The Goonies), hoy todo un clásico del cine juvenil de aquella década que, producido por Harvey Bernhard, Steven Spielberg y el propio Donner para Amblin Entertainment, era estrenada el 7 de junio  de 1985 a un mismo tiempo en Estados Unidos y Canadá.


Richard Donner llevaba ya tras de sí, desde 1960, una larga carrera como director televisivo de series como “El hombre del rifle”, “Perry Mason”, “Superagente 86”, “Las calles de San Francisco” o “Kojak”. En el cine debutaba tras las cámaras en 1968 dirigiendo a Sammy Davis Jr. y Peter Lawford en “Sal y pimienta” y ya había firmado también, antes de “Los Goonies”, otros conocidos títulos cinematográficos como “La profecía”, “Superman” y “Superman II”, “Max’s Bar” o la maravillosa “Lady Halcón”.


La historia de “Los Goonies” procedía de la imaginación de Steven Spielberg, quien ya nos había hipnotizado a través de la televisiva “El diablo sobre ruedas” y las cinematográficas “Tiburón”, “Encuentros en la tercera fase”, “En busca del arca perdida”, “E.T.” o  “Indiana Jones y el templo maldito”. Sí, algo de experiencia tenía ya Steven en esto de contar historias…


Y el guión corría a cargo de Chris Columbus, quien como guionista había ya coincidido con el Steven Spielberg productor en “Gremlins” y, después de “Los Goonies”, en “El secreto de la pirámide”. Otro elemento a tener muy en cuenta este Columbus.


Chunk, Stef, Andy, Brand,
Data, Mouth and Mikey.

They call themselves…



Sean Astin daba vida al mágico y entrañable Mikey. Hijo de Patty Duke, la inolvidable Helen Keller de “El milagro de Ana Sullivan”, Sean debutó en la gran pantalla en “Los Goonies”, aunque ya había aparecido anteriormente como actor en dos películas para la televisión.


Tras su maravillosa aventura con “Los Goonies”, Astin continuó apareciendo en otros títulos cinematográficos como “De tal astilla, tal palo”, “La guerra de los Rose”, “Memphis Belle” o “En honor a la verdad”…


Y, por supuesto, en la trilogía de “El Señor de los Anillos” dando vida a Samsagaz Gamyi, personaje que realmente le iba como anillo al dedo.


Aún en activo como actor, hemos visto también a Sean en series televisivas como “24”, “Me llamo Earl” o “Navy” y hemos escuchado su voz en otras como “El príncipe valiente” así como en películas como “Astérix y los vikingos” y las animadas “Espíritu del bosque” y “Alvin y las ardillas 2”.


Josh Brolin era Brand, el hermano mayor de Mikey. Hijo del también actor James Brolin, el director de la serie televisiva “Hotel”, Josh hizo también su debut como actor cinematográfico en “Los Goonies” para seguir después apareciendo en series como “Autopista hacia el cielo” o “Jóvenes jinetes”…


… y en películas como “Mimic”, “Destinos cruzados”, “Melinda y Melinda”, “No es país para viejos”, “Planet terror”, “En el valle de Elah”, “Valor de ley” o “Men in black 3”.


El genuino Gordi (Chunk) nos llegaba de la mano del no menos genuino Jeff Cohen, quien antes de intervenir en “Los Goonies” tan sólo había aparecido como actor en dos series televisivas.


Tras “Los Goonies” llegarían para Jeff otras series como “Cuentos asombrosos” o “Enredos de familia”. En 1991 se retiraba de la actuación y ahora dirige un prestigioso bufete de abogados.


Corey Feldman interpretaba a Bocazas (Mouth). Corey debutaba como actor en 1978 en un episodio de “Con ocho basta” y en el cine en 1979 en “Los pasajeros del tiempo”. Ya había aparecido también en muchas otras series (entre ellas, “Vacaciones en el mar” o “Cheers”), en dos entregas de “Viernes 13”, en “Gremlins" y como la voz del Toby cachorro de Disney en “Tod y Toby”.


Un año después de “Los Goonies”, Corey formaría también parte de otro maravilloso e inolvidable grupo juvenil cinematográfico, el de “Cuenta conmigo”, compartiéndolo todo esta vez con los actores Wil Wheaton, Vern Tessio y River Phoenix.


Más adelante, Feldman también aparecería en “Jóvenes ocultos”, “Papa Cadillac”, “No matarás… al vecino”, “Maverick”… Aún en activo como actor, ha sido también la voz de Donatello en dos entregas de “Tortugas Ninja”.


Andy, una de las dos chicas de la pandilla, nos era presentada por Kerri Green quien, tras debutar como actriz en “Los Goonies”, siguió apareciendo después en otros títulos cinematográficos como “Lucas” o “Tres en la carretera”…


… así como en series televisivas como “Loco por ti”, “Se ha escrito un crimen” o “Urgencias”. Kerri es actualmente madre de familia y escribe guiones para Hollywood.


Martha Plimpton daba vida a Stef, la otra chica de “Los Goonies”. Hija del actor Keith Carradine, Martha debutaba como actriz en la gran pantalla en 1981, dirigida por Alan J. Pakula y compartiendo cartel con Jane Fonda y Kris Kristofferson, en “Una mujer de negocios”. Tras otro título cinematográfico más, llegaría su oportunidad de participar en “Los Goonies” y, después, en “La costa de los mosquitos”, “Un señorito en Nueva York”, “Un lugar en ninguna parte” y “Otra mujer”.


Martha ha continuado asomándose a la gran pantalla en películas como “La señora Parker y el círculo vicioso”, “Beautiful girls” o “Pecker” y en series de televisión como “Urgencias”, “Ley y orden”, “Anatomía de Grey”, “Fringe” o “Hope”, además de desarrollar también una importante carrera teatral.



Y por último, pero no por ello  menos importante, un genial Ke Huy Quan que nos regalaba a su maravilloso y creativo Data. Ke había debutado en el año anterior a toda pantalla, y con gran éxito, a través de su magistral Tapón (Short Round) de “Indiana Jones y el templo maldito”.


Tras “Los Goonies” apareció en diversas series televisivas como “Together we stand”, “Los primeros de la clase” o “Historias de la cripta”…


…y en títulos cinematográficos como “Respirando fuego” o “El hombre de California”. Además de actor, Ke ha sido también productor, cámara y montador de cortometraje y, como especialista en artes marciales, ha colaborado en diversas películas como asistente en la coreografía de artes marciales y de acción.






La preciosa fotografía de Nick McLean, el adecuado montaje de Michael Kahn y del propio Spielberg y la no menos acertada dirección artística de Rick Carter completaban la buena factura de la película…


… junto a una extraordinaria banda sonora firmada por Dave Grusin, genio musical de la historia del cine, y del mundo del jazz, que debutaba en la televisión en 1965  a través de series como “Jim West” o “Gidget” y dos años después a toda pantalla, dejándonos ya su grandeza, antes de “Los Goonies”, en títulos cinematográficos como “El corazón es un cazador solitario”, “Quinientas millas”, “Círculo de fuego”, “Sin ley ni esperanza”, “Yakuza”, “Los tres días del cóndor”, “Un cadáver a los postres”, “La chica del adiós”, “El cielo puede esperar”, “Campeón”, “El jinete eléctrico”, “Ausencia de malicia”, “En el estanque dorado”, “Autor, autor”, “Tootsie” o “La chica del tambor”. Sencillamente magistral Dave Grusin.

Y en los títulos de crédito finales de la película nos encontrábamos “The Goonies ‘R’ good enough”, una más que pegadiza canción escrita e interpretado por la cantante Cyndi Lauper que entró directamente al top 10 de la estadounidense lista musical Billboard.


El singular Sloth Fratelli nos era presentado por el actor John Matuszak, en el cine desde 1979 y ya rostro conocido por series como “M.A.S.H.” o “El sheriff chiflado” y películas como “Cavernícola” o “Guerreros del espacio”. Tras “Los Goonies”, John siguió moviéndose principalmente en el mundo televisivo con alguna que otra incursión en la gran pantalla.


En un momento de la película, Sloth aparece luciendo una camiseta de los Oakland Raiders… equipo de fútbol americano en el que John Matuszak había jugado como profesional. En otro momento, lleva una camiseta de Superman… película que Richard Donner había dirigido en 1978.


La caracterización de Matuszak como Sloth requería nada menos que cinco horas. Uno de los ojos, fuera de lugar en la cara, era operado por control remoto.


A Jake Fratelli le conocíamos a través de Robert Davi quien, tras debutar como actor en la pequeña pantalla en 1977, apareció después en multitud de series como “Los ángeles de Charlie”, “Lou Grant”, “Barnaby Jones”, “Dinastía”, “Crónica de gángsters”, “Canción triste de Hill Street” o “El equipo A”, pero tan sólo en dos títulos cinematográficos: “Guerra de gángsters” y “Ciudad muy caliente”, antes de “Los Goonies”.


Más adelante, Davi continuó moviéndose entre la televisión y el cine en series como “Stargate: Atlantis” o “Nip/Tuck” y películas como “Jungla de cristal”, “Licencia para matar”, “Depredador 2” o “Showgirls”.


Al tercer hermano Fratelli, Francis, nos lo presentaba Joe Pantoliano, actor que había debutado a toda pantalla en 1974 y ya había aparecido en series como “M.A.S.H” o “Canción triste de Hill Street” y en títulos cinematográficos como “Monseñor”, “Risky Business” o “Llamada a un reportero”.


Tras “Los Goonies”, Pantoliano aparecía también en series como “Cuentos asombrosos”, “La ley de Los Ángeles”, “Los Fanelli”, “Policías de Nueva York” o “Los Soprano” y en películas como “La Bamba”, “El imperio del sol”, “Los cuasicops”, “Romance otoñal”, “El peque se va de marcha”, “Matrix”, “Memento” o “Daredevil”.


La madrede estas tres criaturas Fratelli era interpretada por una sensacional Anne Ramsey, en el cine desde 1971 y ya con series como “Ironside”, “Los ángeles de Charlie”, “La casa de la pradera” o “Starsky y Hutch” y títulos cinematográficos como “Los nuevos centuriones”, “Camino del Sur” o  “La gran pelea”.


Dos años después de “Los Goonies”, Anne daría vida a otra cinematográfica madre, la de “Tira a mamá del tren”.


Completaban este fantástico reparto Lupe Ontiveros (Rosanna), Keith Walker y Mary Ellen Trainor (padres de Brand y Mikey), Steve Antin (Troy), Charles McDaniel y Elaine Cohen McMahon (padres de Gordi), Michael Paul Chan (padre de Data), algunos miembros del equipo técnico que hicieron pequeños papeles en la película...


... y hasta el mismísimo Richard Donner, que se asomaba brevemente en el papel de policía.


En una escena del film aparecía también el nombre de Rube Goldberg, caricaturista, escultor, escritor e ingeniero estadounidense que, entre otras cosas, ideaba caprichosas y muy historiadas máquinas que llevaban a cabo sencillos cometidos. En “Los Goonies”, Goldberg fue el creador del complicado artilugio que abría la valla delantera de la casa de Mikey y Brand. Los inventos de Goldberg aparecieron también en otros títulos cinematográficos…


… como en la fantástica manera que ideaba Caractacus Pott para preparar el desayuno de sus hijos en “Chitty Chitty Bang Bang”.


En “Los Goonies” intervenían también otros elementos de auténtico lujo…




Como el Mapa que encuentra Mikey, junto a sus amigos, en el desván de su casa. Mapa que escondía un maravilloso tesoro…



Tesoro que pertenecía al mítico pirata Willy, el tuerto


… y botín con el que no pudo hacerse anteriormente ese cazatesoros llamado Chester Copperpot


… al que le prestaba su imagen Keenan Wynn, recordado actor de títulos tan clásicos como “La carrera del siglo”, “A quemarropa” o “Hasta que llegó su hora”.



A Sean Astin, por el contrario, sí le fue permitido quedarse con el mapa del tesoro utilizado en la película. No le duró mucho, ya que varios años más tarde su madre se lo tiraba a la basura pensando que era un simple papel arrugado. Ay, las madres…



También era fundamental en la historia de “Los Goonies” el Doblón de tres agujeros, una de las pistas que les llevaría al preciado tesoro de Willy, el tuerto.


Y, por supuesto, el fabuloso y mágico Barco, construído expresamente para la película y a escala real. Barco que, una vez finalizado el rodaje, se ofreció a quien lo quisiera y, al no quererlo nadie, fue desmontado. Si me lo llegan a ofrecer a mí…

Con el fin de ayudar lo más posible a los niños a meterse en su papel, Richard Donner optó por filmar las escenas en su orden cronológico. También quiso obtener su reacción más natural al ver por vez primera el barco.


A ellos se les prohibió la entrada en el plató desde el primer día, desde el comienzo de su construcción. El día que ellos entran en escena saliendo disparados y cayendo al agua, se giran y ven el barco por primera vez. Los traje a todos de espaldas. Todos sabían lo que iban a ver, pero no tenían ni idea de lo que iba a aparecer. Y así en la película, cuando ellos se giran y ven el barco por primera vez, ésas son sus reacciones reales
(Richard Donner)


Este ya mítico barco cinematográfico contenía en su interior, además, una miniatura el mismísimo R2D2 añadida por los maquetistas del rodaje.


La producción de “Los Goonies” llevó un total de cinco meses. La película costó 19 millones de dólares y recaudó más de 61.


Anne Ramsey fue merecidamente premiada con un Saturn Award como actriz secundaria por la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Film, siendo también aquí nominado Jeff Cohen por su genial interpretación.


Asimismo, Sean Astin fue galardonado con un Young Artist Award, premio por el que también fueron nominados Jeff Cohen, Corey Feldman y Martha Plimpton.




La historia de “Los Goonies” se desarrolla en los muelles de Goon, lugar donde residen los niños, rodándose la película en Astoria, ciudad del estado de Oregón.


En 2010, durante la conmemoración del 25 aniversario de la película, el alcalde de Astoria declaró el 7 de junio de manera oficial “Día de los Goonies”. Pues qué menos, ¿no?


A ese buen amigo, fan de “Los Goonies” y coetáneo de sus protagonistas, que no niega saberse algunas frases de Data.

Mi vecino Totoro

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Las pequeñas Satsuki y Mei Kusakabe se trasladan con su padre a una casa en el campo mientras la madre de las niñas se recupera en un hospital cercano. En el bosque, Satsuki y Mei conocerán a Totoro, un mágico y maravilloso personaje…


El 16 de abril de 1988, hace ya 25 años, era estrenada en Japón “Mi vecino Totoro” (Tonari no Totoro), una de las más extraordinarias producciones animadas de Studio Ghibli.


Hayao Miyazaki, no podía ser otro, firmaba el precioso guión (storyboard incluído) y la magistral dirección de esta pequeña delicia cinematográfica. El fabuloso cineasta japonés había debutado como director en 1971 y en la pequeña pantalla con la serie “Lupín”, a la que pronto seguirían otras como “Conan, el niño del futuro” o “Sherlock Holmes”.


En el cine, Hayao nos había dejado ya “El castillo de Cagliostro”, “Nausicaä del Valle del Viento” y “El castillo en el cielo”. Tras “Mi vecino Totoro”, nos regalaría también “Nicky, la aprendiz de bruja”, “Porco Rosso”, “La princesa Mononoke”, “El viaje de Chihiro”, “El castillo ambulante”, “Ponyo en el acantilado“… Qué maravilla.

'Mi vecino Totoro' marcó un aparente punto de inflexión en la carrera de Miyazaki que, en realidad, no era sino una estrategia para subrayar algo que siempre había estado allí: la atención a lo minúsculo, la revelación de lo fantástico como una inmanencia de lo real, el reto de animar (o de simular a través de la animación) la elocuencia de lo natural y lo humano
(Jordi Costa, Cahiers du Cinéma)


La preciosísima y tremendamente mágica banda sonora de “Mi vecino Totoro” nos era ofrecida por el también magistral compositor Joe Hisaishi, en el cine desde 1974 y ya con más de quince trabajos cinematográficos a sus espaldas, entre ellos “Nausicaä del Valle del Viento” y “El castillo en el cielo”. Tras “Mi vecino Totoro” Joe volvería a coincidir con Miyazaki en otros mágicos títulos como “Nicky, la aprendiz de bruja”, “Porco Rosso”, “La princesa Mononoke”, “El viaje de Chihiro”, “El castillo ambulante” o “Ponyo en el acantilado”. Extraordinario Hisaishi, extraordinario.


En los primeros apuntes argumentales de Miyazaki tan sólo aparecía una niña de edad intermedia entre las de Satsuki y Mei. Al no funcionarle bien así la historia, Hayao decidió que fueran las protagonistas dos hermanas de distintas edades, motivo éste por el que existen bocetos, ilustraciones y carteles (como el que figura arriba) que nos muestran a la única niña del argumento original.

Una de las más bellas películas legadas por el cine de la década de los ochenta… Una de las mejores aproximaciones al universo de la infancia, entendida como un espacio mágico y vital, tan bello como a veces tenebroso, donde los niños son por última vez niños antes de precipitarse a la mediocridad de la vida adulta. Todo ello contado, además, con una excepcional sensibilidad, una imaginación desbordante y un exquisito gusto visual
(Tomás Fernández Valenti, Dirigido por)




“¿Los fantasmas suben escaleras?”


La pequeña y simpatiquísima Mei hablaba a través de Chika Sakamoto, actriz de doblaje desde 1983 cuya voz había sido ya oída en “Nausicaä del Valle del Viento” y, tras “Mi vecino Totoro”, en “Nicky, la aprendiz de bruja”.


A la hermana mayor de Mei, Satsuki, le prestaba su voz Noriko Hidaka, en el mundo del doblaje desde 1984 y ya habiendo aparecido en ocho series televisivas antes de intervenir en “Mi vecino Totoro”.




Un relato hipnótico con un pie en la realidad y el otro en la más desbordante imaginación. Un cuento maravilloso
(Alberto Bermejo, Diario El Mundo)


El personaje de Totoro revoloteó por la cabeza de Hayao Miyazaki a lo largo de diez años con lo que, una vez realizada la película, el cineasta no pudo por menos que convertirle en el logo de su maravilloso estudio de animación.


Para crear a tan mágico personaje, Miyazaki combinó diferentes animales…


… entre los que se encontraban el tanuki (mapache japonés), el gato (orejas y cara)…


… y el búho (marcas en el pecho y sonido que hace en la noche con su ocarina).


En cuanto a su nombre, Totoro, procedía de la mala pronunciación que Mei, en la versión original de la película, hacía de la palabra japonesa “tororu” (troll).




El de Miyazaki es un universo idealizado y benigno. No se pierdan a Totoro ni al gato autobús, que revelan la maestría de Miyazaki
(Antonio Weinrichter, Diario ABC)


Hitoshi Takagi les ponía voz tanto a Totoro como a Gatobús. Takagi ya había sido oído en diversos cortos y series televisivas, entre otras como narrador de “El bosque de Tallac”, antes de su participación en “Mi vecino Totoro”.




Según el folklore japonés, los gatos suficientemente viejos tienen poderes mágicos que les permiten cambiar de forma, son los llamados “bake neko”. Gatobús es, por supuesto, un gato mágico.


'Mi vecino Totoro' destaca por una cadencia absolutamente impensable en el cine de hoy. Humanista, solidaria y terapeútica
(Javier Ocaña, Diario El País)


A Tatsuo Kusakabe, el padre de Mei y Satsuki, le oíamos gracias a Shigesato Itoi, redactor, ensayista y diseñador de juegos japonés que apareció como actor en cuatro títulos cinematográficos pero tan sólo en esta ocasión como actor de doblaje.


Sumi Shimamoto le prestaba su voz a Yasuko, la madre de las dos niñas. En el cine desde 1979, Sumi ya había hablado a través de Lady Clarisse en “El castillo de Cagliostro” y de Nausicaä en “Nausicaä del Valle del Viento”. Tras “Mi vecino Totoro”, también fue Toki en “La princesa Mononoke”.


A Kanta le oíamos gracias a Toshiyuki Amagasa quien, tras “Mi vecino Tororo” aparecía ya tan sólo en otros dos títulos cinematográficos, retirándose de la actuación en 1990 para dedicarse por entero a la enseñanza.


Tanie Kitabayashi era Nanny, la abuela de Kanta. Tanie llevaba en la gran pantalla desde 1950, año en el que debutó como actriz a las órdenes de Akira Kurosawa, y compartiendo cartel con Toshirô Mifune en “Escándalo”, y había aparecido ya en clásicos como “Los niños de Hiroshima”, “El arpa birmana” o “El hermano mayor”, entre más de un centenar de títulos cinematográficos.


Y, entre otros muchos nombres, Hiroko Maruyama, Masashi Hirose y Machiko Washio nos hablaban, respectivamente, a través de la madre de Kanta, el padre de Kanta y la profesora de esta historia.


Mi vecino Totoro” se estrenó conjuntamente con “La tumba de las luciérnagas”. Según cuentan, por no confiar demasiado los productores en el éxito comercial de la primera, aunque también se habló de la intención de contrarrestar con su alegría la segunda.



Premiada como mejor película por el prestigioso magazine japonés Kinema Junpo Awards, “Mi vecino Totoro” era también galardonada por el reconocido diario japonés Mainichi Shimbun. Asimismo, Miyazaki obtenía un Premio Especial en los Blue Ribbon Award concedidos por los principales periódicos deportivos de Tokio.




La historia de “Mi vecino Totoro” se desarrolla en Tokorozawa, ciudad de Tokio donde años atrás vivió Miyazaki. Estos maravillosos espacios naturales aún existen gracias a un movimiento de conservación que nació a raíz de “Mi vecino Totoro”, al donar Hayao Miyazaki y otros colaboradores cerca de 73 millones de yenes (unos 650.000 euros) con el fin de preservar el lugar y evitar además que se construyera en él.



Asimismo, fueron donadas muchas de las ilustraciones de la película para ser utilizadas con este objetivo en panfletos, carteles y otros artículos promocionales.




Y ya no os cuento más. Aquí lo dejo para que, si aún no la habéis visto, no os demoréis en descubrirla y, si ya la conocéis, os la veáis de nuevo, una y otra vez. ¿O acaso pensáis que no lo merece?


Mágica, mágica, mágica
(Clementine, La Gran Pantalla)
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